Guía Sibaris

Alemania, y Europa en general, está pasando por una crisis climática, donde la falta de recursos hidráulicos ya es una triste realidad. A eso sumen la escasez de otro tipo de energías como la del gas, todo ello está preocupando en sobremanera a los habitantes de ese continente.

El campo es el sector más afectado, mucho de lo que se produce empieza faltar en los estantes de los supermercados. Las cosechas son limitadas y, en varios casos, no hay espacio para ser selectivos. Y en esto, los viticultores se las están viendo negras, y no en un solo país en general; ahora imaginen que una nación como la alemana, que se sitúa un poco al norte, esté con alarmas por sus cosechas de vides ya que están, posiblemente, en peligro.

Donde más se ha observado este fenómeno de mal agüero es en la región baja del río Mosela y los viticultores de ahí ya están buscando soluciones efectivas y expeditas. Sobre todo, por dos motivos: la sequía daña a las vides en las laderas empinadas del Mosela inferior y en algunos casos, provoca su muerte. Lo otro es la disminución de vitalidad de las plantas, haciéndolas más vulnerables a enfermedades y hongos. A eso hay que añadir que el suelo se seca y lo vuelve extremadamente duro que, cuando llueve, el agua no puede ser absorbida de manera rápida.

Ese líquido en lugar de nutrir a los plantíos, escurre al valle. Por eso, los productores riegan sus sembradíos varias veces al año, una solución que impacta positivamente, pero sienten que es más un paliativo que de no larga duración. Otro enfoque es el tipo de varietal que siembran, orientándose por las Chardonnay y Pinot Noir, que se adaptan mejor a la sequía que el Riesling, aunque, ésta última es su uva insignia y principal.

Y es que no sólo es la sobrevivencia de las vides, también, la falta de agua afecta sensiblemente la calidad de los vinos hechos. Por eso han adaptado sus terrenos con hileras plantadas entre las vides o esparcir astillas de madera por el suelo; ya que ambas resoluciones ayudan a retener el agua en los viñedos por más tiempo.

El Centro de Servicios Rurales (DLR por sus siglas en alemán) participa con valiosas sugerencias, como construir depósitos de almacenamiento en sus viñedos para recolectar agua en invierno y así utilizarla como riego en verano. El detalle con esta contribución es que su costo es alto y los viticultores piden financiamiento de apoyo para llevar a cabo este proyecto, ya que no pueden solos con este problema de escasez.

Los viticultores, junto con las autoridades locales y el DLR, deben seguir trabajando juntos para encontrar soluciones sostenibles a la creciente amenaza de la sequía. Esto incluye medidas a corto plazo, como la irrigación selectiva y la implementación de sistemas de recolección de agua, así como cambios a largo plazo, como la adaptación de las prácticas de cultivo y la selección de variedades de uva más resistentes a la sequía.

Si se da esa sinergia, el futuro de la región tendrá un buen futuro y servirá como ejemplo para las otras zonas, y en cierta medida, a otros países que también están afectados por esta grave situación. Eso nos incluye, porque las entidades donde se encuentran las bodegas de vino, son en áreas que año con año se tiene la afectación de la sequía y la disputa por el agua con otros agricultores está cada vez más intensa.

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