Guía Sibaris

Estamos cerca de una fecha que se celebra en gran parte del país, y se hace con uno de esos platillos que dan mucho gusto, y no solo degustarlo, también de ver, por sus colores e ingredientes que dan muchos aromas, que nos traen enormes recuerdos de nuestra niñez y que ya hemos hablado de él recientemente, la Rosca de Reyes. ¿Por qué volver a hablar de ella? Por una sencilla razón, porque nos gusta y en ese gusto, valga la redundancia, queremos defender las técnicas tradicionales, las hechuras de los artesanos panaderos y esa preservación viene de los muchos anuncios que estamos viendo en redes y otros medios contemporáneos.

Esa publicidad es la de grandes cadenas de restaurantes como Sanborns o Empany’s Hot, quienes, sé que en ellos laboran personas dedicadas y esforzadas, pero el toque y percepción que se tiene de las roscas, hablando particularmente de ellas, es que son productos más industrializados, más lineales en su fabricación, y no solo son esas marcas, también tenemos la de los supermercados que en su afán de vender enormes cantidades, pierden el respeto hacia a los ingredientes frescos y van dotando a sus panes de muchos azucares que tienen una gran cantidad de refinamientos y ya no hay un orden natural como tal, ya son muchos los elementos que la integran, que van con una artificialidad que a la larga solo genera calorías innecesarias.

Pueden decir que las pequeñas panaderías usan materiales parecidos a los que se venden en estas gigantescas y absorbentes tiendas, pero no siempre es así, desafortunadamente, el acaparamiento de muchos alimentos, es una práctica común, que ha hecho que muchos de esos referidos alimentos, se abaraten, pero en esa baja de precios hay un gran perjuicio en su producción, en la justa retribución a los campesinos, en la escases de ingredientes (con tal de que aumente el valor original), en suplantar ciertos valores nutricionales por otros que son artificiales y más desventajas.

Habrá personas que se quejen que algunas roscas que son hechas a la antigua, tengan un precio alto, pero hay que tomar en cuenta que los servicios que se pagan, están aumentado (aunque el gobierno diga lo contrario), que las semillas, harinas y dulces que van dentro de la receta, son de recolección inmediata, es decir, son frescos, no han estado expuestos tanto tiempo en anaqueles o refrigerados. Al final cada quien escoge donde comprar y que elegir, pero luego nos quejamos que se están acabando tradiciones, que todo es más en automático y con sabores plastificados. Y como somos un medio que quiere difundir la gastronomía, en todos sus sentidos, con todos sus actores, que pueden parecer (en algunas ocasiones) secundarios, pero no por ello son menores en su importancia. Ya que muchas de estas personas, son aprendices y a la vez, también comparten los conocimientos que van adquiriendo y con ello se conservan todos los componentes culinarios que tienen miles de años en nuestra República.

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