Guía Sibaris

Los insectos son una parte fundamental para la alimentación humana. Polinizan y ayudan a la eliminación de residuos o de otras plagas no deseadas. Algunos de ellos han sido domesticados, por así decirlo, como las abejas; pero hay uno que, aunque su apariencia no sea la más estética, es un engrane necesario para el nacimiento del vino: el gusano.

Fue en Chile donde nace la idea y fue gracias a los estudios del científico José Toha Castellá, biofísico en la Universidad de Chile, quien, a principios de la última década del siglo pasado, basó sus principales estudios al uso de lombrices de tierra para limpiar aguas residuales.

Años después, uno de sus alumnos, Alex Villagra, llevó la investigación fuera de las aulas y, tras graduarse, le dio una aplicación comercial, al fundar la empresa BioFiltro, la cual ha crecido exponencialmente, ya que tiene 129 plantas para el trato de aguas residuales y está asentada en 6 países.

Todo ello ha supuesto un enorme soplo de aire fresco, literalmente, ya que este gusano de tierra, apoya con la limpieza de las tierras cultivables. Y vaya que, si es importante su aporte, además de urgente. ¿Por qué? Por la razón que el hacer una sola copa de vino, se necesitan, casi, ¡53 litros de agua!

En la mayoría de las bodegas, las aguas residuales se filtran en estanques ventilados en los que se bombea aire durante semanas mientras las bacterias descomponen los contaminantes. Es un método que necesita tiempo y mucha energía.

El uso de gusanos para realizar la tarea sirve para ahorrar las dos cosas: el tiempo se reduce a cuatro horas y el consumo de energía se reduce en un 85%. ¡Increíble! Otra cosa que también se ahorra: dinero.

Pero no subestimemos a las bacterias, son organismos que siguen dentro de la recomposición del vital líquido. Tan así, que no se le ha sustituido con el uso de los gusanos. A primera vista, el método es simple:

Éste emplea grandes contenedores de cemento con varias capas. El tamaño de estas estructuras depende de la cantidad de agua que se vaya a tratar. La cámara está abierta en la base para mantener la corriente del aire. En una de las capas se colocan piedras de río y en otra, de un metro de grosor, virutas de madera. En la capa de la superficie se colocan los gusanos y bacterias.

Se calcula que caben unos 12.000 gusanos por cada 0,7 metro cúbico. El contenedor está abierto al aire libre y el agua residual que se quiere tratar simplemente se esparce por encima de los gusanos. El tipo de gusanos y bacterias que se emplean varía dependiendo de las condiciones locales para tratar un determinado tipo de agua residual.

Las piezas sólidas de mayor tamaño que contienen las aguas residuales quedan bloqueadas por las virutas de madera y son consumidas por los gusanos. Los sólidos de tamaño microscópico son atacados por las bacterias, tanto las que se encuentran en la madera como las que están en el aparato digestivo de los gusanos.

Los gusanos descomponen los elementos contaminantes y el agua resultante se puede reutilizar para riego. Este es el mejor sistema para las aguas residuales, ya que tiene un alto valor en el impacto de reducción de contaminantes en el medio ambiente.

Ha sido un enorme éxito en Chile, dentro de las productoras de vinos, que los norteamericanos han puesto los ojos en este procedimiento y ya están a la espera de iniciar operaciones con 100 millones de gusanos, sólo para una casa, y estos animalitos, son del tipo rojas y oriundas de California.

Y si tienen la duda de que sí hay una afectación al vino, la respuesta es un contundente NO, ya que va dirigido al agua después de haberse elaborado el vino. Además, alegremente, hay otro beneficio con el uso de los gusanos con el aporte de humus de lombriz, que no es otra cosa que los excrementos, los cuales se pueden mezclar con el abono y así enriquecer la tierra. Una gran gana – gana.

Ojalá se sumen más etiquetas y apoyemos los reciclajes en pro de un mejor planeta.

Descubre, Degusta & Comparte al maravilloso gusano de la tierra

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