Guía Sibaris

Reseñas de gastronomía, turismo y eventos

Armando Ávila, chef de la milenaria ciudad a la Gran Manzana.

Categoría: Gastronomia Foodie Sibaris Fecha: hace 6 años 16,885

El que persevera alcanza y con este orgulloso hijo de Cholula podemos palparlo de primera mano. Puede sonar como la historia de los cientos de miles de mexicanos que han cruzado la frontera para lograr un mejor porvenir, y que muchos de ellos han logrado conseguir el famoso sueño americano, pero sin menospreciar a nadie, la aventura norteamericana del chef Armando es bastante peculiar.

¿Y por qué peculiar? Porque después de ser un lava platos, ahora es el socio de una importante cadena de restaurantes de New York. Su llamativa cocina es el factor para que pasara esto, incluyendo la disciplina y las enormes ganas de estudiar. Armando Ávila se ha labrado su camino a base de ese último y particular deseo; empezó a adquirir habilidades con los cuchillos, ya que para él es uno de los instrumentos más importante de la cocina. Esto lo llevo a memorizar los diversos cortes que hay en la profesión. Pero se dio cuenta que sin saber el idioma de su nueva casa, no haría nada, es así que se esforzó el doble ya que estudiaba y trabajaba de tiempo completo, hasta lograr su objetivo.

Esto lo ha llevado a aperturar más de 25 restaurantes por todo el mundo, cuando su primer y máximo ideal era convertirse en Sous Chef. Y todo esto lo ha hecho desde su base de operaciones, The Malt House, una increíble taberna americana que se halla ubicada en el muy reconocido distrito financiero de Wall Street y muchos de esos voraces ejecutivos son parte regular de su clientela, así como otros profesionales de distintos ramos como equipos de futbol americano (dio una cena especial para los Gigantes de New York.

Y ese es parte del reto de Ávila, desafiar las expectativas diarias de sus comensales; busca darles una gran variedad de platillos mientras los parroquianos beben sus exclusivos cócteles.

Este internacional chef reconoce tener varios mentores, pero el primero y más recordado es su padre, quien lleva 22 años fallecido, el mismo tiempo que nuestro protagonista lleva en el vecino país del norte. Volviendo a su papá, Armando lo recuerda con cariño y admiración, más porque de él aprendió cocinar comida mexicana tradicional; es por eso que cada día laborado es dedicado para la memoria de su padre.

Así su trabajo evoluciona con cada jornada que pasa, pero aun así hay platos que no pueden cambiar tan fácilmente, ya que son muy populares, tales como las hamburguesas wagyu Blend o las costillas cortas estofadas por 7 horas. Otros platillos que no faltan son los tacos de pescado o el guacamole, una salsa común para nosotros, pero su versión lleva un añadido diferente, la pipicha, un quelite que crece principalmente en Puebla y Oaxaca.

A pesar de la excelente fama que está gozando, él sabe que la competencia es dura, ya que son 24 mil restaurantes los que pueblan el área de esa gran metrópoli y que esta profesión no es tan tersa como los comensales prevén, en sus propias palabras, es una guerra total.

Ojala, en un tiempo corto, este esforzado chef vuelva a sus terruños y nos dé una clase de lo que bien sabe hacer y podamos palpar un orgullo de nuestra región.

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