Guía Sibaris

Un postre, platillo o pan que no necesita presentación, de similar forma su historia es bastante conocida, relacionándolo principalmente como una costumbre española (la lógica de esa invasión, no quedando en solo una mera cuestión física, sino que también se trepano lo ideológico) y ellos lo tomaron de un estilo idéntico, al replicar o adecuar las costumbres de los romanos, quienes, como se sabe, estuvieron en una gran parte del continente europeo. Al llegar y establecer esas nuevas colonias, también imprimían sus sellos tradicionales, elementos que bien supieron adherir y los pobladores locales absorbieron con cierta facilidad, para poder adaptarse mejor a su condición de pueblo vencido. Y una de esas tradiciones fue el festejar los saturnales, fiesta dedicada a Saturno y el tener días más largos, esos que se producen después que pasa el solsticio de invierno. Para darle un toque democrático, elaboraban un pan circular, que repartían entre todas las clases sociales, sin importar que condición tuvieran.

Con el paso de los siglos, se fueron añadiendo ingredientes interiores, para darle una emoción y expectativa diferente; así fue tomando la figura que ahora conocemos, pero lógicamente con esa connotación cristiana, quitando el haba que se le colocaba a partir del s. III. Es en España donde ya va con esas inclinaciones bíblicas y pronto la emparentaron con el festejo de Día de Reyes y es así llego a nuestros días, todo esto dicho de manera, someramente, abreviada.

Lo que si podemos ampliar, es de esos clásicos ejemplos gastronómicos que tienen un fervor popular, que, quizás, ya ha rebasado su ideal religioso, siendo más un buen pretexto para convivir en casa o sitio laboral. Y algo que no ha perdido, es ese sentido de repartición entre todos los niveles de la sociedad. Ya podemos ver en casi todas las casas, una rosca, el tamaño puede variar, de acuerdo a las posibilidades, pero casi todas estas formaciones de harina, frutas, azúcar y levadura están presentes. Una figura geométrica que tiene todos los ingredientes antes mencionados, que ya combinados, horneados, son una fuente de sabores deliciosos, que no solo paladeamos, también se aprovechan sus nutrientes, los que vienen en los frutos y demás compañeros de cocina.

Pero hay otro que también es muy importante en la tradición, y que enlaza con otra fecha del calendario, y continua conteniendo un fondo culinario, uno muy típico de los mexicanos. Ese material viene escondido en lo frugal de la masa cocinada, se supone que no es comestible, pero aquellos que no quieren tener el compromiso de compartir, son capaces de pasarlos por su garganta y evitar que los demás comensales se enteren que se libraron de la famosa figura del niño. Un muñequito que es la representación del niño Jesús, esto en la práctica y teoría de la religiosa católica-cristiana, una percepción que le da solemnidad a la degustación de la comida, pero que también se orienta a un discernimiento de divertimento y entretenimiento, un hecho que no se toma a la ligera, pero que si alivia un poco la ceremonia.

Porque el otro significado de la rosca, es darle una festividad más al nacimiento de ese líder religioso, y estamos hablando de la popular fecha de la Candelaria, y es aquí donde esa pequeña figura se torna, nuevamente culinario, ya que para esa reunión de levantar al niño de su pesebre, el platillo que más se come, son los muy presentes y suculentos tamales. La variedad que se escoja para los invitados de ese día, es que mejor les guste, o en su defecto, el que más cocine en su ciudad o región de origen.

No olvidemos la sana costumbre de reunirnos, en torno de una deliciosa pieza de pan, sean creyentes o no, pero que con ese motivo, preservamos un postre y a la vez, una costumbre que debe perdurar por el bien de la gastronomía.

Descubre lo redondo, Degusta con los higos y Comparte los tamales cuando te toquen.