Guía Sibaris

El mezcal sigue creciendo, teniendo más exponentes, con personas famosas incluyendo su nombre, carisma y popularidad para darle una nueva cara de promoción. Eso se multiplica que se generen más y nuevos mercados, aunque México y Estados Unidos siguen siendo el principal abasto de consumidores.

Con base en ello, surgen más marcas, ofreciendo los clásicos destilados (Espadín, Arroqueño, Tobalá, etc.) y otras versiones como ensambles, avocados, licores o de sabor, entre otros. Aun así, hay etiquetas que son bien valoradas tanto por fanáticos como expertos en la materia; y muchas de esas puntuaciones suelen coincidir con algunas botellas y por lo tanto, son de alta recomendación.

Ahora bien, menos parloteo y vayamos a las evidencias agaveras:

• Mezcal Sacrificio. Hecho con 100 % de agave Espadín, con reposo de tres meses en barricas de roble mexicano sin tostar. Ganador de la doble medalla de oro en el WSWA Tasting Competition. ¿Por qué? Por el hecho de ser ligero, brillante, de persistencia larga y elegante en el paladar y características florales.

• Mezcal 8 Víboras Espadín Joven. Espadín al cien por ciento, hecho en la noble región de Santiago Matatlán. Es un mezcal joven sin añejamiento, fabricado de manera artesanal. Es cristalino y ligero, con aromas ahumados y un toque de cítrico. En el paladar hay notas alcohólicas intensas, sabor a agave ahumado y cítrico. Tiene en su palmarés el Best Unaged White Spirit 2013 de la San Francisco World Spirit Competition.

• Mezcal de Pechuga Los Danzantes. Con triple destilación en alambiques de cobre, teniendo en la tercera una receta de frutas y especias en el caldo de destilación y una gallina en la montera del alambique. Después de eso se entinta con grana cochinilla que le otorga su característico color rojo. Sus notas incluyen, en olfato y paladar, sabores cítricos como el limón y la naranja, que se desenvuelven con lo dulce del tamarindo. De agave espadín, cuenta con 43 grados de volumen de alcohol. Hecho de manera artesanal por la maestra mezcalera Karina Abad Rojas.

• Ojo de Tigre Joven. Este es un hermoso ensamble de dos regiones y sus respectivas plantas agaveras. Oaxaca otorga el espadín y Puebla pone su jugoso Tobalá. Estos son cocidos en hornos de piedra y fermentados de forma natural en tinas de encino, para luego destilarlos en alambiques de cobre. Limpio cristalino con notas a caramelo y frutos secos que le dan un balance a la frescura herbal del Tobalá. Contiene 37 % de volumen de alcohol y entra en la categoría de mezcal joven y artesanal.

• Scorpion Añejo. Ahora les tenemos un clásico que no lo es tanto, es decir, a este mezcal se le introduce un insecto pero no es el famoso gusano de agave, a esta marca le gusta más poner un escorpión. Es madurado en barricas de roble que le otorgan notas ahumadas, de cuero, lima y tabaco. Mezcal del año por una revista norteamericana. Es de espadín proveniente de San Agustín de las Puntas, Oaxaca, con 40 % de volumen de alcohol.

• Alerón Agave Cenizo. Un destilado que sorprende por su sabor y asombra más porque proviene de un estado que no es muy famoso por sus mezcales: Durango. Como se menciona en su nombre, el maestro Conde utiliza agave cenizo, propio de ese estado. De manufactura artesanal, este tiene una nota alcohólica suave, ligeramente mineral y dulce, que mantiene los aromas y sabores tradicionales de los agaves. Es joven con 38 grados de volumen de alcohol.

• Wahaka Joven Tobalá. Proveniente de las tierras altas de Oaxaca, este destilado es 100 % de agave Tobalá. Ganador de la doble medalla de oro en el World Spirits Competition del 2012 por sus notas de hierbas y cítricos. De San Dionisio Ocotepec, es cocido en hornos de tierra con madera de ocote de 3 a 5 días. Al ser joven no se añeja, y se le da una doble destilación en alambiques de cobre.

Por el momento les dejamos estas 6 exquisitas recomendaciones, pero no se preocupen, tenemos por delante varios meses, para seguir descubriendo esta ambrosía hecha orgullosamente en las vitales tierras de nuestra nación.

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