Guía Sibaris

Muchas veces nos “casamos” con la tradición y el adquirir o hacer cosas que no van con la costumbre de años y las rechazamos instantáneamente sin darles una pequeña oportunidad de probarlos.

Dicho lo anterior, con base en nuestro oficio que tanto nos gusta, en un principio vimos como algunos puristas se espantaban por el hecho de ver que ya había marcas de vinos envasado en latas. Obviamente, empezaron los cuestionamientos y trabas acerca del proceso de enlatado y como esto afectaría el sabor del vino.

Después, con el paso de los años, la gente, sobre todo los verdaderos fanáticos de la bebida, se dieron cuenta que el vino en lata tiene excelente conservación en estas condiciones y las características organolépticas no varían prácticamente nada.

Y es que hay cierta lógica científica en el uso de la lata como contenedor de líquidos, más con el vino: el aluminio protege en sobremanera contra los rayos del sol, lo que evita una oxidación prematura y al ser un recipiente sellado, no hay la mínima posibilidad que haya una oxigenación no deseada.

Ahora bien, aun con su validez como envase, el enlatado se lleva mejor con los vinos jóvenes ya que éstos no requieren tiempo de añejamiento o maduración. Por lo mismo, se le da un proceso de fermentación y después corresponde una estabilización con fermentaciones secundarias, una filtración y una estabilización en frío, terminado con su envasado y empaquetado.

Por ese desarrollo, la lata es idónea con los vinos frescos, frutales y ligeros. Y no porque en los otros tipos de vinos no sea recomendado el hacer esta inversión, pero hay que tener en cuenta que la elaboración del tinto es diferente, donde el añejamiento o reposo es un factor importantísimo, ya que estos caldos necesitan respirar y por lo mismo, es mejor que se guarden en una botella con corcho. Eso nos indica que su evolución en la lata no es lo deseable, aun con tintos jóvenes y ligeros, pero éstos también contienen taninos que no se desarrollan bien en la lata.

Eso no quiere decir que envasar el vino en ese recipiente cilíndrico sea malo, al contrario, y a pesar de que hay una fecha de caducidad, de un año y medio aproximadamente, esto no quiere decir que el vino se dañe; sólo va perdiendo, poco a poco, sus condiciones aromáticas. Pero lo ideal es probar los rosados o blancos, por adaptarse increíblemente al sistema del enlatado.

Con todo lo anterior, en nuestro país, algunos viñedos están apostando en dar este tipo de presentación a sus mejores ejemplares vinícolas y todo ello con los más altos estándares de la industria. Y no sólo hablamos de una región en particular – la primero que se nos viene a la mente es el omnipresente Valle de Guadalupe – ya que varias etiquetas, distribuidas por las principales zonas vinícolas del país.

Por ejemplo, Rosadito, una de las marcas que más empuje le ha dado a la lata, es hecho en Ezequiel Montes, Querétaro. Tienen la Edición Uno, que consta de una mezcla de uvas de la varietal Garnacha.

Otro más es Alpaca, y éste si está fabricado en el Valle de Guadalupe por Vinos Plata y es un ensamble de Chardonnay y Sauvignon Blanc; y es la versión más grande que se puede hallar en nuestro mercado: 750 ml, el mismo tamaño de una botella promedio.

Agreguemos a Lechuza, también del Valle de Guadalupe, y para quienes la han probado – tristemente nosotros no, pero ya pronto – lo consideran como una auténtica maravilla enóloga. Su bodega matriz está enfocada en proyectos pequeños, de cantidades limitadas, con cultivos sostenibles (algo que el valle agradece enormemente). Ellos son de los pocos que se han atrevido a experimentar y comercializar con su versión tinta, Pluma, que es un Nebbiolo concentrado y delicioso. Tienen su rosé, Royal Blush y el blanco, Sauvignon Blanc.

El Valle de Parras no se queda atrás y bajo el manto de Rivero González, exponen tres etiquetas de la línea Scielo. Blanco que es totalmente Chardonnay con burbujas; el tinto que lleva varietales de Syrah, Cabernet Sauvignon y Merlot; y el rosado que se compone únicamente de Merlot con un poco de burbuja.

Todos los descritos son súper recomendados y están diseñados para maridarse sin ningún problema con platillos mexicanos e internacionales, por lo que no duden ponerlos en sus listas de compras o deseos; más ahora que nos acercamos a las fiestas patrias.

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