Guía Sibaris

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Una Bomba a punto de morir, cóctel muy oaxaqueño

Categoría: Gastronomia Sibaris Editorial Fecha: hace 7 años 18,350

Pasan los días, temporadas o años y con ellos se van ingredientes que ya no retorna, como el tiempo en sí. México presume de una gran riqueza, en todos los sentidos, y lo somos, pero por una razón u otra, por un motivo u otro, desaparecemos ciertos elementos que no son fáciles de recuperar. Leímos hace poco que “La Bomba” bebida típica está a punto de extinguirse, noticia que nos llena de pesadumbre y tristeza, más por aquellos que por alguna coincidencia, o no, probamos esta mágica infusión mexicana.

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Porque eso es, una receta o preparación por manos de una mujer (¡por quién más!), hecha en una población de nuestro vecino estado de Oaxaca y que en el apellido lleva el ilustre nombre de Porfirio Díaz, Miahuatlán, aunque luego lo quieran denostar, y eso que ya va para 100 años de muerto. Como sea, este es un coctel en toda la extensión de la palabra, idea de la señora Concepción Jarquín Zurita y en esas extrañas coincidencias de nombre, no tuvo, esta bebida, mejor autora, ya que en su aparente sencillez, se tiene la complejidad de los componentes que le otorgan a su apelativo, La Bomba, la mejor descripción etílica.

Pero no nos quedemos con esa imagen, mejor revisemos lo que está dentro de las entrañas de una simple, pero hermosa jícara, tepache, cerveza clara y alcohol del 96. Este es un remedio, una “friega” para el espíritu y mente, porque cada quien tiene sus motivos para beber y en ese proceso, olvidar, festejar, llorar o reír; y la formula ayudaba para todo eso. Ésta nació en esa década tumultuosa de los sesentas, que inquieto a la generación de la posguerra y clamaba por un cambio, pero en la quietud de este lugar, se buscaba un alivio para la mente.

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Regresando a las coincidencias e ingenio de los nombres, la cantina de doña Conchita llevaba en su cartel, el muy adecuado título del “Oasis”, y el sitio parecía un remanso de los habitantes de esta pintoresca localidad. Ahora solo quedan los recuerdos de quienes la conocieron, tanto al lugar como a la señora y la bebida en sí; ya no hay quien se atreva a seguir las indicaciones para recrear tan buscada, mixología, palabra que usamos para no desentonar con los gustos y tiempos que corren en esta  ajetreada modernidad,  que nos trae otros líquidos que son explosivos, pero que no cumplen con el original ritual.

Por Victor Manuel Mendoza Palacios.

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