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Los orígenes de la Pizza

Categoría: Gastronomia Foodie Sibaris Fecha: hace 1 año 7,506

Este manjar redondo cortado en triángulos y que viene en una caja cuadrada, nació en el sur de Italia, aunque su nombre tiene raíces en la cuna de la civilización occidental, Grecia. Algo que no debería de sorprendernos, los griegos son la base cultural y social de los itálicos.

Como bien dijimos, la palabra pizza etimológicamente proviene de Pëktos y significa sólido o coagulado. La palabra pizza se comenzó a usar, entre el vulgo, en el año 997 en latín medieval de la ciudad de Gaeta y posteriormente fue hallada en el pueblo de Penne D'Abruzzo en el año 1195. Este poblado, en la actualidad se halla dentro de los límites de la provincia de Pescara, una región que se halla en el centro de la república.

Se dice que el vocablo proviene de pinsa, que es el participio pasado del verbo latino pinsere, que hace referencia a machacar, presionar, aplastar. Esta descripción etimológica se empata con la manera de elaborar la masa de la pizza, así como a su origen en una forma de pan plano, aplastado sobre el piso del horno.

Otra explicación que se hallan en los anales de la historia y la etimología, pizza puede proceder de una voz alemana: Pizzo. En el antiguo lenguaje germano se encuentra bizzopizzo, que significaba “mordida” o “trozo de pan”. Hay la creencia que los pueblos lombardos, fronterizos con Alemania, adoptaron esta expresión y la deformaron en pizza, indicando al pequeño pan redondo y tierno, una preparación de estos lugareños.

En cuanto al aspecto histórico, hay indicios que ya había preparados culinarios parecidos entre los persas y helénicos. También se dice que entre los egipcios existía una receta que emulaba, en ciertos aspectos, a la pizza. Como toda buena receta popular, su verdadero creador no se conoce y se entra en las tinieblas de la leyenda y / o mito.

Ahora concentrémonos en el lado contemporáneo del plato italiano.

Se atribuye la creación de la pizza, en su moderna presentación, a Raffaele Esposito, un panadero avecindado en la sureña Nápoles (o Napoli). Y quizás ya hayan escuchado la historia del encargo, a este avezado panadero, se convirtió en el primer pizzaiolo, ya que se encargó, eso dice la tradición, de elaborar un platillo especial para la visita de la reina Margherita.

El buen Raffaele cocino tres diferentes versiones, teniendo la pizza que llevaba los colores de la bandera italiana, y como fue la preferida de la reina, a esta receta se le dio el nombre de su majestad en su honor.

Estos acontecimientos se dieron en el transcurso del siglo XIX. Rápidamente, los locales que se dedican a la venta de este guiso se fueron multiplicando, traspasando fronteras, siendo los norteamericanos a quienes se le debe su boom comercial, nos guste o no.

Como haya sido, la pizza se puede encontrar en una gran parte del mundo y deja muy buenos dividendos a las famosas cadenas de comida rápida. Pero una cosa hay que resaltar y reconocer, no hay mejor pizza que la que se prepara como dictan los cánones italianos, más si se siguen las instrucciones de los napolitanos.

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