Guía Sibaris

Italia es una península que no le pide nada a sus vecinos europeos, cuenta con grandes atractivos físicos e intangibles y la combinación que nace de estos dos componentes, hace que aparezcan ideas extraordinarias, a veces surgidas de la necesidad de mostrar ciertos sitios que parecen inaccesibles para muchos, por características físicas, pero al entrar el ingenio, se construyen lugares como el Seaside, que es parte fundamental del Hotel Grotta Palazzese.

¿Y por qué lo es? Tan sencillamente, es que está situado en una caverna, solo en los meses de verano, ya que es la única época en que no hay agua, inundando la cueva. Y es tan atractiva la propuesta visual del establecimiento que solo basta con mirar las imágenes y ver el impacto que se tiene al ambientar y sacar lo mejor de cada roca, y desnivel que se ha logrado con la puesta de éste restaurante.

Todo el hotel es una belleza arquitectónica moldeada, tanto por el hombre como la naturaleza misma, situado frente al Mar Adriático, la piedra ha sido erosionada por el paso de los años y también le ha dado forma lisa en sus paredes y nos da una construcción de ensueño. Los clientes, del hotel y restaurante, pueden admirar las corrientes marinas, los choques de las olas con el acantilado que compone al centro de consumo, y dichos acantilados están en la ciudad medieval de Polignano a Mare.

Las cuestiones gastronómicas son basadas en los frutos del mar, y no son nada baratos, el cheque promedio es de 100 euros por persona que consuma platillos locales e internacionales, ya hay calamares tailandeses o gambas a la parrilla con ajillo, todos estos pueden ser degustados con una buena botella de Fiano di Avelino.

Solo hay que dirigirse a esta localidad, donde se aplica la famosa y trillada frase de: “el tiempo parece haberse detenido…”

Descubre la Cueva, Degusta con su menú internacional y Comparte lo medieval del ambiente.