Guía Sibaris

Hace ya unos 50 años, un reputado arqueólogo norteamericano dio con unos fósiles, los cuales fueron fechados con unos 7 mil años de antigüedad y con esto quedó asentado que se hallaron los restos más añejos de una planta que lleva siendo la base de la alimentación de nuestro país y de muchos más, el Maíz y el nombre del científico, Richard McNisch.

La mazorca que ahí encontró el señor McNisch es considerada la primera del mundo, con esto se demostró que en este valle, el de Tehuacán, se domestico el cultivo de tan productiva planta; como con muchos alimentos hay quienes aseguran tener la maternidad de origen, pero aquí ha sido sustentado con muchos estudios. Uno de ellos es se volvió hacer algún tiempo atrás, y arrojo resultados sorprendentes y que refuerzan la idea de cómo surge el maíz en México, esencialmente en esta región central de la república.

Para continuar con el articulo podemos decir que se sugiere que el antecesor del maíz, es el teocintle, que es el pariente silvestre del mismo, incluso en las leyendas y mitologías precolombinas se habla de cómo nace, quien es el dador de vida de tal semilla, Chalchitlicue esposa de Quetzalcóatl y fue durante su reinado como Sol de la Tierra. Volviendo al tema central, en 1991 se tomaron varias simientes del teocintle y fueron tratadas con concentraciones crecientes de sulfato cúprico y esto provocó reacciones genéticas de orden natural, dando el resultado de mazorcas de maíz con características prehistóricas.

Después de esto se comprueba la riqueza de todo el área geográfica que comprende el triángulo de picos elevados que hay en toda la zona. Es decir el Pico de Orizaba, la Malinche y la pareja de Popocatépetl e Iztaccíhuatl, ya que en su momento fueron montañas activas (Don Goyo sigue siendo) precipitaron una gran cantidad de metales pesados al campo adyacente y con esto se formó un caldo de cultivo de la planta.

Y diciéndolo de una forma popular, de ahí pa´l real, el maíz ha jugado uno de los factores más importantes de nuestra historia como civilización y como muchas cosas que tenemos desde su origen, se nos hace cotidiano hablar de él en forma sencilla y sin mucho de fondo. Pero debemos aceptar que sin esta espiga y su fruto, no tendríamos platos tan exquisitos, sea la forma que tengan, puede ser en cálidas tortillas, guarniciones, postres o plato principal. No queremos sonar como sesudos profesores y dormir con este pequeño resumen, lo que deseamos es recordarles un poco, lo que es el principio de un tesoro nacional viviente y que debe seguir siendo, sembrado y cosechado de la manera natural y antaña; ya que no queremos que se vuelva más transgénico que el propio Frankenstein.

Sibaris Descubre el Zea mays ssp mexicana, Degusta con las aplicaciones del mismo y Comparte un pedazo de historia.