Guía Sibaris

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El paso del Whisky en la humanidad.

Categoría: Sibaris Wine Sibaris Wine Fecha: hace 4 años 15,920

Aparentemente, este destilado tiene miles de años de existencia, pero se dice que los egipcios lo usaban más como perfume que como bebida. Su aceptación tardo varios siglos, hasta que llego, su proceso a tierras europeas.

Los secretos de la destilación y fermentación llegaron a Europa alrededor de la edad media donde se mantuvieron vivos en los monasterios cristianos, posiblemente traídos por los griegos y romanos. Se cree que el conocimiento de la destilación llegó a Escocia e Irlanda en el siglo XI traído por monjes celtas ya que algunos registros muestran que los antiguos celtas practicaban la destilación durante el proceso de producción de su “uisgebeatha” agua de vida”, una bebida sagrada de su cultura.

Existen varios factores por los cuales la cerveza y el whisky se popularizaron en el norte de Europa dejando de lado al vino. Poco acceso a las uvas, bajas temperaturas y la falta de luz solar hacían difícil la preparación del vino y gracias a décadas de perfeccionamiento los escoceses se convirtieron en expertos destiladores.

El primer documento escrito en la historia del whisky aparece en el año 1494, en esa época la producción y el consumo de whisky era popular en Escocia. En el documento constaba la que el Fraile John Cor recibió “8 paquetes de malta para producir aqua vitae” (agua de la vida), lo que era suficiente para producir 1500 botellas de whisky.

El equipamiento primitivo usado en ese momento y la falta de experiencia científica sugieren que la bebida producida era probablemente muy potente e incluso perjudicial para la salud en algún caso.

Originalmente, el nombre whisky (evolucionado de uisgebeatha) fue otorgado por sus propiedades medicinales: era recomendado para el mantenimiento de la salud, la prolongación de la vida, el alivio de cólicos, la parálisis, la viruela y otras enfermedades. A lo largo de la historia del whisky, la pronunciación fue cambiando de uisgebeatha a whishkeyba y luego a Whisky.

El whisky se convirtió en parte esencial de la vida de los escoceses, era tanto un estimulante durante los largos y fríos inviernos como una bienvenida para agasajar invitados. Se cree que el conocimiento de la destilación llega a Escocia a través de Irlanda. La popularidad del whisky siguió en ascenso hacia el siglo XVI hasta el año 1541 cuando el Rey Inglés Enrique VIII disolvió los monasterios en Escocia dejando a los monjes a la deriva, muchos de ellos pronto iniciaron producciones privadas de whisky como forma de sustentarse lo que generó que sus conocimientos sobre la destilación del whisky se propagaran por toda Escocia.

Hacia los inicios del siglo XVIII el whisky llamó la atención del parlamento escocés, quienes aprovecharon la popularidad de la bebida para imponer fuertes impuestos sobre cualquier bebida alcohólica no permitida. Como consecuencia la producción de whisky cayó fuertemente y los productores pronto comenzaron a generar whisky ilegalmente, el contrabandeo de whisky se convirtió en una práctica habitual lo que supuso una larga batalla entre autoridades y contrabandistas que duraría 150 años.

Esta situación tuvo un gran impacto en otros países principalmente en USA durante la revolución americana, la provisión de whisky era muy escasa, a tal punto que era usado como moneda de cambio. Al finalizar la guerra de independencia, el nuevo gobierno Americano necesitado de fondos para financiar el estado, cometió el mismo error que los escoceses al gravar fuertemente los ingredientes, la producción , distribución y venta de alcohol, esta situación dio lugar a la llamada “rebelión del whisky” de 1794.

En 1823 el gobierno Inglés aprobó una ley que legalizaba la producción de whisky, lo que dio un aire nuevo a la producción en toda Escocia e Irlanda y trajo nuevas mejoras tecnológicas en los procesos de producción.

Inicialmente sólo existía una forma de escribir ‘whisky’ pero en cierto momento de la historia del whisky esto cambió y se comenzó a usar la palabra whiskey (con la ‘e’ ) para referirse a los whiskey Irlandeses (este término también es usado en EE.UU).

En la primera mitad del siglo 19 el Irlandés Aeneas Coffey revolucionó la producción de whisky, al mejorar los existentes alambiques de columna pudo multiplicar la producción de las destilerías. Pero a los irlandeses no les gustaba la nueva invención por lo que Coffey tuvo que mudarse a Escocia donde encontraría buena respuesta.

El whisky irlandés fue inmensamente popular en Gran Bretaña durante el siglo XVIII y XIX. En 1779 existían 1200 destilerías en Irlanda, la mayoría de ellas sin licencia. La gran cantidad de destilerías ilícitas obligaron al gobierno a tomar acciones, el aumento de impuestos y una mayor conciencia por parte de funcionarios del gobierno siguieron.

En 1822 sólo existían 20 destilerías legales y el número de destilerías ilegales se habían reducido a alrededor de 800. El número de destilerías se redujo aún más debido al movimiento de abstinencia total que fue inaugurado en 1838 por el padre Theobald Mathew. El movimiento creó una mayor competencia entre las muchas destilerías irlandesas que se tradujo en un crecimiento continuo de las empresas más grandes a expensas de las destilerías más pequeñas que a menudo tenían que cerrar.

Las familias Jameson y Powers de Dublín se encuentran entre los más exitosos y lograron ampliar continuamente sus negocios. Alrededor de 1900 se exportaban grandes cantidades de whisky a las Indias Occidentales y al mercado estadounidense. El éxito de la industria del whisky irlandés llega a su fin debido a dos problemas mayores agregados al movimiento de abstinencia:

  1. la introducción de whisky blended.
  2. la prohibición de Estados Unidos.

Cuando la prohibición en EE.UU finalmente había terminado, la industria del whisky irlandés (ya gravemente dañada) era incapaz de producir los volúmenes requeridos por el mercado estadounidense. Por otro lado, en Escocia, debido al desarrollo de la destilación continua y su nuevo whisky mezclado (blended) podía fácilmente satisfacer la creciente demanda y por lo que la industria del whisky escocés explotó.

A principios de 1960 la exportación de whisky irlandés era prácticamente inexistente y la supervivencia parecía amenazada, incluso en el mercado irlandés nativo. En 1966, tres de las pocas destilerías sobrevivientes unieron sus fuerzas creando una nueva compañía llamada The Irish Distillers (IDL). Las tres destilerías fueron John Powers & Sons, John Jameson & Sons y Cork Distillery.

En 1975, la nueva empresa trasladó toda su producción a una nueva destilería más grande, Midleton. La nueva destilería Midleton se construyó detrás de la vieja destilería de Midleton que hoy alberga la zona de recepción y centro de visitantes. En otro esfuerzo por reducir los costos, IDL también dejó de vender a través de intermediarios que, naturalmente, enfureció a muchos agentes.

A pesar de los esfuerzos, IDL no permanecería en manos irlandeses por mucho tiempo; en pocos años Seagram’s había comprado IDL y Bushmills – la última destilería independiente que quedaba en Irlanda. Inicialmente la producción activa de Seagram’s se mantuvo en las destilerías de Bushmills, Midleton y Coleraine aunque esta última cerró en el año 1978.

Las dos restantes destilerías Bushmills y Midleton produce 15 marcas de whisky, 4 marcas de vodka, dos marcas de ginebra y una marca de ron. Aunque esto no suena tan mal, la industria del whisky irlandés ahora tiene sólo un 1% del mercado mundial de whisky.

A finales de 1980 la compañía francesa Pernod Richard aprovechó la oportunidad e hizo una oferta por el resto de las acciones de Seagram’s. Pernod Richard permaneció como el único productor de whisky de Irlanda hasta 1989 cuando John Teeling fundó la destilería Cooley, actualmente la única destilería de whisky irlandés independiente de Irlanda.

Después vino lo que muchos ya sabemos, se realizaron varias fusiones con los gigantes conglomerados de desdtilerías, lo que ha hecho que muchas etiquetas se vean absorbidas y ya no tengan el caracter de independiente. Y esto ha pasado con muchos destilados en todos los continentes, algo que parece inevitable en este sistema económico. Pero esa ya es otra historia.

No existen los malos whiskys, sólo whiskys que no son tan buenos. - Raymond Chandler, escritor y guionista.