Guía Sibaris

Para iniciar, los norteamericanos están consumiendo mucho vino, tanto nacional como importado, lo que ocasiona que el mercado sea muy reñido, y más, teniendo en cuenta, el abierto proteccionismo que tienen los estadounidenses para con sus productos locales.

Eso no es malo en sí, se tiene que estimular la producción interna y proteger los empleos de los conciudadanos. El detalle, ese gran “pero”, es que, para ello, crean y estimulan reglamentos que rebasan las normas del buen trato y casi rayan en políticas agresivas hacia con sus socios comerciales.

Si no creen, vean cuantos tipos de impuestos tienen que enfrentar las vitivinícolas mexicanas:

• Aranceles, los llamados duties.
• Tasas de trámites aduaneros
• Impuesto Federal de Alcohol (Federal Excise Tax alias FET)

Factores que incrementan el precio de una botella: Los márgenes del importador, el distribuidor y el minorista incrementan el precio del vino desde su salida de bodega hasta el consumidor final, que paga el triple de su precio en supermercados y 5 veces más en restaurantes.

Por eso hemos de seguir el ejemplo de las bodegas españolas, que han aplicado un pequeño truco para poder disminuir o mejor dicho, no pagar aranceles muy altos. Comercializar en suelo norteamericano caldos con una graduación superior a los 14 grados, ya que estaban exentos del arancel. 35 % de las bodegas apostaron por este cambio en el producto exportado para evitar al menos en una parte de sus ventas la aplicación de la tasa.

Esta es una alternativa que no tiene nada simple, ya que hay que medir y considerar las características propias de la producción de cada bodega. Además de no cerrarse a un solo consumidor global. Pero se ha de reconocer que los norteamericanos están comprando mucho vino y eso es demasiado tentador para quienes se dedican a este rubro.

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