Guía Sibaris

Esto es parte del experimento llevado a cabo por la empresa Space Cargo Unlimited, de Nicolás Gaume, quien es cofundador y gerente general de la empresa, teniendo a Emmanuel Etcheparre como encargado de los programas de ciencia. Fue en noviembre de 2019, que decidieron enviar 12 botellas de Château Pétrus 2000 para analizar cómo afectan las condiciones del espacio al vino.

De las 12 solamente se pondrá una a la venta, ya que ocho de ellas se guardarán para seguir investigando y tres han sido ya abiertas para su degustación. Esa única botella de vino Burdeos añejada durante 14 meses en la Estación Espacial Internacional se espera vender por un millón de euros, al menos esa es la intención de la compañía y al parecer, pueden superar esa cifra.

La empresa encargada de su venta es la casa de subastas Christie’s, que entre marzo y abril del año pasado recaudó más de mil millones de euros en una subasta digital celebrada desde Nueva York. Justamente, el lote más cotizado fue una caja de 12 botellas de Pétrus 1990 que se vendió por más de 36,500 euros. La bodega, es una de las más distinguidas del Pomerol, la región francesa de Burdeos famosa por su producción de Merlot.

Los encargados del departamento de vinos de la casa subastadora es así, como esperan que la venta de la botella añejada en el espacio ronde el millón de dólares; ya que desde su punto de vista, este es un vino muy armonioso que tiene la capacidad de envejecer magníficamente.

La idea era subastar la botella pero han tomado la decisión de vender el artículo para poder destinar los beneficios a financiar futuras misiones espaciales. Estos ingresos de la venta permitirán a la empresa seguir trabajando en la Misión WISE, seis experimentos en el espacio que pretenden revolucionar la agricultura.

La botella se presentará en un baúl hecho a medida que ha sido encargado a Les Ateliers Victor y que además de un decantador, copas y un sacacorchos hecho de un meteorito, contendrá otra botella de Château Pétrus 2000 que ha permanecido en la Tierra para que el comprador pueda comparar el sabor de ambas. Dos vinos, dos mundos.

Variando un poco el contexto, pero que se halla dentro del mismo, ya hubo un grupo de expertos y aficionados al vino, como la escritora Jane Anson fueron los primeros afortunados en probar este producto casi extraterrestre.

Degustaron una copa de vino espacial junto a otra copa del mismo vino que permaneció en la Tierra antes de que se les dijera cuál era cuál. En la experiencia de la escritora, concluyó que el viaje por encima de la estratosfera añadió a la bebida dos o tres años de madurez.

En sus palabras: “Se sentía un poco más viejo, un poco más evolucionado", dijo, añadiendo que los taninos del vino cósmico estaban más evolucionados y tenía un carácter más floral. Por el momento es la única degustación que se ha hecho abierta al público. La otra será la que haga quien se haga de la botella espacial.

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