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Tortas de Santa Clara, un postre poblano para México

Categoría: Gastronomia Sibaris Editorial Fecha: hace 8 años 19,307

Uno de los postres más famosos de Puebla, de la ciudad y que en el resto del estado también lo fabrican, un dulce que ha traspasado fronteras y le da una cara más, a la calle de la 6 Oriente. Una creación culinaria que nace en esos siglos barrocos, de formación de costumbres, de combinaciones de tradiciones y de una transculturización que ahora vivimos. Es un invento gastronómico que surge de las manos de mujeres, de consagradas a una vida religiosa y que en sus encierros voluntarios, dedicaban su intelecto a forjar a nuevas recetas y productos, de muchas índoles, porque no todo era cocina, al contrario, ya hemos visto en otro tipo de exposiciones, el gran talento que siempre han tenido las féminas mexicanas.

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Y como mucha de esas ideas culinarias, salen de una preocupación, y de una aparente casualidad, donde una monja, perteneciente al Convento de Santa Clara, en un afán de realizar una nueva forma de platillo, y teniendo a la mano ese otro dulce, que no tenía mucho tiempo de haberse creado, el de Pepita; es como se produce la galleta de Santa Clara. Lógicamente, por su forma, se le da el término de Torta, un españolismo que no cuadra con nosotros, sólo en este tipo de plato.

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Es el relleno, el que caracteriza a este postre y le da esa pequeña, pero sutil diferencia con otros postres poblanos; así que para hacerlo, hay tener un buen ojo y con ello, lograr que se le de esa consistencia cremosa, por un lado y por el otro, que no se deshaga tan fácil. La pepita de calabaza es el ingrediente principal para lograr ese factor antes mencionado, por eso hay que poner a remojar la semilla, con otro componente esencial, ceniza, sí, como se lee y pueda parecer un poco extraño para muchos que no estamos acostumbrados a los hornos. Pero ya nos estamos acostumbrando a que la gastronomía experimente con diferentes elementos, y es por eso que nos gusta demasiado, y no solo porque nos nutre o nos vuelva golosos (sin albur chavos), sino que no se queda impávida y corre riesgos.

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Es así que aparece la ceniza cernida o tequesquite como factor de integración de sabores y realce de texturas; conjunta una limpieza de la pepita y con ese inicio, es como se logra el relleno. El azúcar, la leche y el agua son el resto que finalizan ese manjar, que ya montado de manera sencilla y básica es como se elabora ese dulce típico de Puebla.

Descubre la pepita realzada, Degusta con sus harinas y Comparte el sincretismo de Puebla.