Guía Sibaris

Cierto, somos sibaritas, somos personas que nos gusta Degustar, pero a la vez, también Descubrimos todos los sentidos que hay en la gran cocina mexicana y por lo tanto no podemos cerrarnos a las diferentes propuestas que hay en lo típico y de las costumbres que tenemos en todos los rincones de Puebla; y es más, compartimos muchos platillos con otras ciudades y estados, ya que el gusto es parecido y por ese mismo gusto, preservamos ciertas recetas que parecen sencillas, pero en su composición, hay una complejidad idónea, la que las hecho perdurar. Uno de esos platos son los Tacos de Canasta, y los venden en diferentes modos, desde la clásica bicicleta y su canasta de mimbre (parte de su identidad), hasta restaurantes, que han visto en sus ingredientes, un platillo digno de sus cartas (que sinceramente, a veces son más deliciosos que muchas de sus propuestas de “alta cocina”).

Y es que éste, los tacos de canasta, no son privativos de una sola zona en especial, porque nos tenemos que concentrar n esos agiles y alegres vendedores de bicicleta; quienes recorren varios kilómetros al día, para poder exponer su gastronómica mercancía. No se amilanan ni se apenan por entrar a otras colonias, de esas que son consideradas de alta y rancia alcurnia, incluyendo los nuevos complejos residenciales, aunque les frenan la entrada, pero en ese crecimiento demográfico, con esas personas de nivel económico fuerte; los alarifes y albañiles (que al caso son lo mismo), siguen dándole duro a la construcción de casas, depas y otro tipo de viviendas. Ellos son parte de sus clientes, bueno, algunos de ellos, pero cuando los detectan otro tipo de profesionales y de moradores, de esas zonas, aprovechan para acercarse y pedir sus respectivas órdenes.

Personalmente me consta que son un alimento favorito para muchos, hace pocos meses, en pleno Foro Mundial de la Gastronomía Mexicana, en su tercera edición, dentro de los Estudios Churubusco, había uno de esos taqueros de canasta, y varios visitantes, así como algunos extranjeros, estaban alrededor del dependiente de tacos y todos, incluyéndome, pedíamos muy animados nuestros respectivos platos. Veíamos con cierta ansiedad, los de papa, chicharrón o los de frijoles, todos ellos son pequeños, son sudados o al vapor, y cada uno tiene esa tortilla de apariencia frágil, pero al momento de entrar a la boca se deshace con buena gana y nos despeja las dudas para pedir otros.

Es así como les rendimos un saludo, a todos los que se dedican a esta actividad y siguen produciendo tacos de canasta, que en su día a día, manejan un número que es más que respetable, en promedio cocinan cerca de 400 de estos especímenes gastronómicos. Y si ven a uno de esos dependientes y si no los han probado, denle una oportunidad para comer unos deliciosos tacos de canasta.

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