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María Raíz y Tierra, un halo de frescura en Mérida

Categoría: Gastronomia Foodie Sibaris Fecha: hace 1 año 5,115

En la capital yucateca hay un hotel que no se guardo nada para complacer culinariamente a quienes llegan a hospedarse y también, por que no, a aquellos locales que quieran probar nuevas proposiciones alimenticias.

Para mejores y más exactas señas, estamos hablando de Villa Mercedes Mérida, Curio Collection by Hilton. Así, aunque parezca largo y de abolengo, que sí lo es, es donde se sitúa el restaurante del cual queremos platicar y felicitar por su concepto.

María Raíz y Tierra es un diseño gastronómico y espiritual de la célebre chef Colibrí Jiménez, de la cual podemos decir que es una incansable aventurera de las mesas del mundo. Y no sólo se enfoca en el ámbito de la cocina, no sibaritas, también envuelve sus proyectos con una filosofía de balance y sustentabilidad.

Por eso sus creaciones están llenas de respeto a la tierra y el mar, volviéndose una cocina estacional, aprovechando lo que cada temporada ofrece para volverlo alquimia para los sentidos del gusto, vista y olfato. Y algo que admiramos es que no queda ahí, las prácticas y técnicas de la región se asoman con musculo en cada plato que allí se compone.

Sobra decir que la elegancia y sobriedad están presentes, pero no se trata de conceptos que sean cuadrados, más bien, van orientados a ser complemento de los elementos que pueblan el plato, convirtiéndolo en un objeto de deseo inmediato.

Las recetas son alquimia que son bien ejecutadas por todo el staff que la chef Jiménez supo escoger e instruir bien en esa búsqueda de sabores que alteren para bien los mencionados sentidos. Eso nos lleva a que la tradicional herencia de la zona se amolda al legado que está dejando Colibrí, volviéndose una propuesta más que interesante.

Todo ello tiene bases de saber respetar los tiempos de cosecha, pesca y crianza, siendo cuidadosos de no transgredir los escenarios que dotan las alacenas de María Raíz y Tierra. La maestra Colibrí muestra, y pide, paciencia para que el ingrediente madure y crezca a sus ideales medidas, sin olvidar que no todo debe ser arrancado de tajo, al contrario, siempre observa que la reproducción general continúe y no nada más con el objetivo de alimentar, no, los ciclos de la vida deben estar presentes para garantizar su continuidad; y todo ello debe de ser manera natural, sin la mezquina intervención de la mano humana industrializada.

Pero todo lo anterior no sería nada sin el soberbio espacio donde se desarrolla esa historia de amor por los alimentos y sus connotaciones nutritivas. La arquitectura de un restaurante debe de ser ad hoc con el pensamiento culinario y aquí se cumple cabalmente. Suena pretencioso, pero no lo es, ya que si las dimensiones son pequeñas o exageradas, no servirá de nada el esfuerzo que se dio para elaborar una nueva receta.

El ambiente de María Raíz y Tierra es de intimidad para el disfrute de ese placer único que es comer paladeando cada componente del platillo que se ha ordenado. Esto va coordinado con el servicio que no se queda atrás en las formas impuestas.

A simple vista, este artículo no habla de títulos que hay en el menú, y es algo hecho con la mejor de las intenciones de que ustedes, descubran la exquisitez que allí se fabrica. Que degusten la imaginación que surte cada material de todo ese entorno y con esto, compartan sus experiencias a otros.

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