Guía Sibaris

Tal vez lo haces sin darte cuenta pero cuando ves una botella de vino con tapa de rosca asumes que se trata de vino barato. Pero esto, mis amigos, es un error (al menos en muchos casos), no hay que juzgar por la apariencia, atrás de esa presentación hay razones bien fundamentadas que veremos a continuación. La intención es que ya no duden tanto en escoger una botella que traiga rosca en lugar de corcho.

En algún tiempo las tapas de rosca se reservaban para las garrafas de vino rojo barato, pero ya no es así. Los productores de vinos han encontrado sobradas justificaciones higiénicas y por ende, de salud, para decantarse a colocar rosca en lugar del tradicional tapón.

El vino de tapa no puede saber a corcho porque no tiene corcho.

Un vino con sabor a corcho no es el que tiene pedazos de corcho roto en la botella. Se trata en realidad de un vino contaminado con la enfermedad del corcho, que afecta el olor y el sabor del vino. La enfermedad del corcho es la presencia de un compuesto químico llamado TCA que se da cuando un hongo (que muchas veces se queda en el corcho) se trata con cloro fenoles (que es un compuesto que se encuentra en productos que se utilizan para esterilizar botellas). El TCA arruina las botellas porque le da un sabor y un olor a moho.

Ya se ha detectado que una de cada 10 botellas viene con la enfermedad del corcho, algo terrible para la industria, ya que significa un diez por ciento de sus ventas. En un principio no afectaba a los productores, era más como casos fortuitos y hasta cierto punto, al azar. Pero con el paso del tiempo, se ha comprobado esa regla estadística y no sólo es el consumidor quien pierde, también las bodegas, porque se puede catalogar como una mala etiqueta y la lógica consecuencia de ir mermando sus ventas (no hablemos de la publicidad que ahí se agranda el problema de imagen.

El vino se puede oxidar con tapas de vino giratorias, de la misma forma en que puede hacerlo con un corcho, como resultado de las condiciones extremas de calor o de frío. Pero las personas pueden evitar que esto suceda, lo cual es más fácil de hacer que la enfermedad del corcho (que depende del corcho, en realidad).

Evitas el uso del sacacorchos.

Este aparato tiene muchos seguidores, pero es más por una cuestión romántica y de nostalgia. Mucha gente, aunque parezca broma, ha padecido de no tener un sacacorchos en el momento de la celebración y es ahí cuando se agudiza el ingenio humano, dando soluciones cuales más inverosímiles, una más que otra. Entren a YouTube o alguna de las redes sociales más populares y hallaran videos o tutoriales de como abrir una botella de vino con corcho, algunas son geniales, otras más locas y están aquellas que rayan en el peligro para quienes se atreven a probar esas nuevas técnicas.

Es mejor para el vino.

La tapa de rosca evita que el oxígeno llegue al vino, lo cual es bueno para que los blancos se mantengan jóvenes y los rojos con chispa. Algunas personas creen que los vinos más fuertes, con más cuerpo, se benefician con la pequeñísima cantidad de oxígeno que reciben los vinos con corcho.

Puede ser cierto, pero no es hecho comprobado. Ya tenemos grandes nombres y estilos usando la tapa giratoria, mejor conocida como Stelvin. Los Bordeaux son prueba de ello, tienen cerca de 25 años que han dejado el corcho, utilizando la giratoria; tal como sucede con el Premier Cru Bordeaux.

Las conclusiones que sacamos de todo esto, es que se puede catalogar este uso o favoritismo por cualquiera de esas dos tapas, como una cuestión de puro gusto. Cada quien, sobre todo en la parte de la producción, decide poner el aditamento que mejor les funcione, ya por las características de sus caldos o en otro caso, por los costos de los insumos.

Como siempre digo, al final ustedes deciden su vino favorito, este artículo muestra ciertas características y mitos que traen esas etiquetas que usan tapa giratoria. No cataloguen la botella por su apariencia, una tapa no es garantía de calidad vitivinícola.

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