Guía Sibaris

Puebla de los Ángeles o de Zaragoza, como quieran llamarle los políticos que estén al frente de la administración de la ciudad, es una ciudad que alberga, muchas de las representaciones del estado, el cual, para bien o mal, se llama igual. Es en los cientos de kilómetros que componen esta extensión geográfica, hay diferentes poblados, diversas etnias, predominando la blanca, la criolla o mestiza y en esa mezcla de culturas, de ideologías y gustos es que la gastronomía tiene una gran fuente. Lógicamente, muchas de las cosas nuevas, llámalas recetas, son la reinterpretación de platos o fórmulas ya existentes; lo podemos ver con el boom de las cervezas caseras, perdón, artesanales y ya que nos metimos en estas varas alcohólicas, mencionemos la muy popular y a veces despreciada sidra.

Vamos, no me vengan que la sidra es muy buscada, se tiene la idea que es una bebida para probar en el mes de diciembre y hacer el brindis. Otros piensan que es un vino barato y que sólo es para aquéllos que no pueden pagar un buen caldo de uvas. Pero no señores, la sidra es un producto que merece un gran respeto, porque no es una elaboración que salga en dos por tres; tiene su proceso, su complejidad intelectual y práctica. Y como ya sabemos, en Puebla hay varios lugares donde se produce todo el bendito año, entre ellos, dos que están cerca de la capital poblana, Cholula y Huejotzingo.

Pero veamos que dice el tumba burros digital de nuestros tiempos, Wikipedia: dícese que una bebida alcohólica de baja graduación, fabricada con el jugo fermentado de la manzana. Así en grandes rasgos y como introducción habla esta multibuscada página. Cierto en todo, pero con la consabida razón que ya hay de pera, y que varias etiquetas de Puebla, están teniendo un éxito con esta versión. La baja graduación la promedia entre 3 y 8 grados, lo que la semeja a las cervezas, obviamente, depende del fabricante, marca o experimentador, para quedarse en ese rango o salirse del mismo y darnos otras más pegadoras.

Regresando a la sidra poblana, debemos sentirnos orgullosos que haya varios exponentes de las mimas como Sidra de Oro, Maipú, China Poblana, Nieto de Asturias (con quien tuvimos un pequeño y agradable encuentro, que verán más adelante), Sidra Royal y otras que no sólo vienen  de los anteriores municipios antes mencionados, también tenemos ejemplares de Pahuatlán, Chignahuapan y Tlatlauquitepec, quienes con gran esmero han ido haciendo sus propias etiquetas; además que en la ciudad de Huejotzingo, que es considerada la productora número uno del estado y del país, tiene su propia celebración a la sidra, Feria Navideña de la Sidra y Artesanías, que se festeja a finales de cada año.

Bebamos más sidra, con o sin alcohol, la primera tiene un precio más bajo que la cerveza y es igual de refrescante, en presentaciones moderadas y también se hallan las tradicionales y podemos tomarla en cualquier día del año y más con los calores que ya se están sintiendo y hacen que se antoje una buena copa fría, para quitarnos el bochorno y empezar una buena fiesta gourmet.

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