Guía Sibaris

Excelso en toda la extensión de la palabra, así como podemos describir a un hombre apasionado, entregado a su profesión y vida de aventuras. Otros lo recordaran como humanista y consiente del gran problema de las personas marginadas y el gran desperdicio de comida que hay, mientras los primeros nombrados mueren de hambre.

Anthony Bourdain siempre expuso su sinceridad a todo proyecto que iniciaba, arriesgaba el todo por el todo, no sólo para darse a conocer, sino para expandir la mente en la cuestión culinaria y todas las aristas que hay detrás de la gastronomía. Así lo pudimos ver desde ese, ya icónico, artículo del New York Times, que desde el título, ya empezaba el debate.

Podemos hacer un compendio de sus logros, de sus programas o libros, pero preferimos enfocarnos en su herencia y atrevimiento, ya que fue incansable buscador, más que investigador de la comida como punto de arranque para conocer la cultura de otro país y la influencia que desde ahí partía para su propia nación.

Él no desdeñaba el alimento, aunque pareciera malo o no era del gusto de sus seguidores o colegas, sabía y respetaba los orígenes de los platos a los que tenía acceso, sin importar que fuera mercado, fonda o restaurante de lujo.

Se dice que la ciudad que más le impacto fue Tokio, haciendo de la urbe una necesidad por visitarla frecuentemente, buscando en cada recoveco, cosas novedosas para mostrar. Pero la Ciudad de México también fue parte de su itinerario y mostró aprecio por la capital mexicana. Recorrió el llamado barrio bravo de Tepito y en él comió tacos de suadero, el caldo de miga y de ahí surgió un plan de viaje continuo ya que también tuvo apetencia por lo que hace Lalo García de Máximo Bistrot y también tuvo tiempo para echarse unas cervezas en una clásica cantina chilanga y su respectiva botana de chamorro.

Pero tuvo más paradas, sin que faltara la frontera y de esas visitas, así como otras partes del mundo, le fue dando, y defendiendo, su justo lugar al papel del inmigrante en los Estados Unidos. Incluso creo un corredor gastronómico que ha ayudado a que varios restaurantes o locales sean conocidos y ya tengan cierta fama internacional como las Tostadas de mariscos “La Guerrerense”, que ya va a tener una sede en Nueva York gracias ese mencionado corredor, el Bourdain Market. De todas estas incursiones mexicanas hay testimonios en sus programas, por si les queda alguna duda.

De su personalidad aprendimos de este maestro que no hay que callarse o privarse de los placeres culinarios y el inicio de conocimiento cultural que de ahí parte; reconocer los estilos de vida de toda la sociedad. Para nosotros eso es lo más importante, la importancia social, económica y cultural que representa la comida misma, sin preocuparse por el nivel del estatus, las razones son sencillas: busca, prueba, aprende y vive.

Nuestras condolencias para su familia y fanáticos, es una gran pérdida que la gastronomía y medios han perdido. Debemos seguir su ejemplo y atrevernos a aventurarnos a los fogones del planeta y en una de esas se nos ocurre copiar sus actividades, pues hagámoslo, grabemos, escribamos y dejemos una estela de comunicación como él lo hizo con sus programas, artículos y libros.

Compartimos estas frases que nos develan un poco de su pensamiento y vida, si pueden, apliquen alguna de ellas:

"Tu cuerpo no es un templo, es un parque de diversiones. Disfruta el paseo."

 "¿Queremos viajar en cápsulas cerradas como el papamóvil por las zonas rurales de Francia, el lejano oriente o México, comiendo en McDonald's y Hard Rock Cafés o queremos comer sin miedo, zambullidos en al guiso local, los misterios de una humilde taquería, el obsequio sincero de una cabeza de pescado ligeramente asada? Yo sé lo que quiero. Lo quiero todo. Quiero probar todo aunque sea una vez"

"Sin nuevas ideas, el éxito se puede volver rancio."

"Las destrezas se pueden enseñar. El carácter se tiene o no se tiene."

Descanse en Paz.

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