Guía Sibaris

A veces es bastante entretenido saber de las personalidades, sus gustos, aficiones, curiosidades y en algunas ocasiones también deja enseñanzas. Lo que a nosotros nos deja muchas satisfacciones, además de ser una necesidad básica del ser humano, es la gastronomía y lógicamente está ligada a todos quienes convivimos en éste planeta, pero si tomamos como base la historia de una persona famosa, es bastante didáctico ver que es lo que se comían en esas épocas anteriores y nos traen a la luz, platos o recetas que no son tan comunes para estos días. Y eso es lo que hemos encontrado en una artista que es un símbolo de rebeldía, esfuerzo y dedicación; saber de sus preferencias culinarias y que pueden estar ligadas intrínsecamente a sus propias obras, y creemos que para Frida Kahlo si están presentes, algunos trazos, pequeños destellos de ingenio y sapiencia.

Y en de las cosas que se saben de este tema, aparecen platillos de aspecto común en su hechura y nombre y otros no tanto, ya se pueden ver calabacitas divinas, esas que llevan chorizo, manteca, cebolla picada y chiles poblanos; la gallina con arroz a la pinera, que debe ser una ave entera, con manteca, jitomate, cebolla y obvio, el arroz. Las sopas también eran parte de la dieta de la maestra, que como dato anecdótico, se supone que ella aprendió los tejes de la cocina por amor y no precisamente por el arte de crear inspiración, más bien era la creación de sentimientos hacia Diego Rivera; pero ya que estamos en los caldos, la sopa de lentejas viene en una cazuela y su manteca, el agua de puchero y su pan frito.

De postres y licores pueden ver esa mezcla en un pan bastante atractivo por sus ingredientes, los Rosquetes encanelados, excelsa combinación de harina, huevos, azúcar, canela, aguardiente y vino blanco, todos ellos envueltos en el calor de la infaltable manteca. Todas las marcas que dejo en su mente y estómago, siempre iban cubiertas con una cazuela y el denominador que se mencionó líneas arriba, la manteca, como catalizador de sabores y llevaron a un final feliz en su degustación.

Y en sus cuadros los alimentos, los frutos, son los que nutren obras tales como “Naturaleza Muerta” o “Frutos de la Tierra”, que, además de enseñar la imagen como si, también hay un trasfondo de fertilidad, de la interacción de la vida: hombre-mujer y las partes íntimas de los mismos; en un  principio solo fue una mera referencia expresionista, pero después salta como un reclamo y alabanza a la comida, repitiéndose muchas veces esa naturaleza que ha expirado, la que ha sido cortada y lista para servir al comensal, por eso agregaba otras creaturas vivas, para jugar con el contraste de presente y pasado; eso lo puedes ver en su “Naturaleza muerta con loro”.

La simbiosis que hay de la comida con las personas están ahí, a veces lo notamos, otras no tanto, pero aquellos que son dedicados, tocados por las musas de la creatividad, se exponen tangiblemente, pero más allá de su cuerpo; la comida da energía, el cuerpo la transforma y si hay inspiración, brotan los cuadros, las esculturas o las frases llenas de caló, de relacionar la gastronomía con el ánimo y eso nos da mucha tela de donde cortar.

Descubre a la impresionante mujer, Degusta con la mezcla de arte y comida, y Comparte los recetarios que aparecen.