Guía Sibaris

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La Devoción al café

Categoría: Gastronomia Sibaris Editorial Fecha: hace 8 años 16,513

Para que nos hacemos, no demeritamos a nadie y mucho menos a las familias y trabajadores esforzados de nuestro país, y más si nos referimos al tema de los cafetales. Aquí  hay una producción bastante buena, con niveles óptimos de calidad, pero no parece encontrar un mercado internacional que refuerce los que todos sabemos, que en México hay granos de excelencia, pero el apoyo es nulo, y lo es desde la inversión de una industria privada que solo trata con intermediarios y por lo mismo abarato el precio de los verdaderos productores, pero eso sí, exigen que haya grandes sabores y texturas, el cuento de nunca acabar, bueno, bonito y barato.

Esta introducción se da porque en otros lugares están tratando de organizarse de otras formas, trabajar comunitariamente y llevar al café a otras latitudes, en donde se aprecia todo el trabajo que hay detrás. Y más si se trata de innovaciones que no se ha visto en ningún elemento de la cadena productiva; tal es el caso de Devoción, una marca que es colombiana, que tiene su propio negocio en Brooklyn y ha dado un giro de 360 grados en muchos sentidos, lo que la ha llevado a ser considerada como la mejor marca y grano de New York. Hay varios puntos a resaltar y queremos resumirlos en unos párrafos cortos, para que se vean esas diferencias, y el porqué de los resultados que están obteniendo.

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En primer lugar, ya no se consideran  una cadena de café especiales, del tipo Starbucks o Andatti, Nescafé, quienes han llegado al paroxismo de tener, no solo establecimientos, sino tener maquinas en casa esquina de las ciudades, lo que ya se ha abaratado en demasía, no solo en precios, también en la calidad del producto. Por eso Devoción, una empresa compuesta ´por muchos caficultores, 500 en total, que están regados por todo Colombia, se está posicionando como café boutique, porque va aunado a otra de las características que están imponiendo, el no ser un café cualquiera, esto no es dicho como algo pretencioso, sino es darle el justo valor al caficultor, por lo que sus precios son elevados, en primera, para el colombiano promedio, ya que se empezó desde casa y un café puede llegar a costar unos 15 mil pesos colombianos (unos 85-90 pesos mexicanos).

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Pueden preguntarse, ¿qué tiene de especial? Pues solamente su mejor perspectiva productiva y comercial, tener la infusión, lo más fresca posible, tener un café verde en 10 días, cuando a la industria en general y en promedio, le cuesta 180 días hacer éste proceso. Es decir, aplican la máxima del campo a la mesa; y vaya que lo hacen a la perfección. Los paladares lo agradecen y son tan quisquillosos con sus elaboraciones, que si no han utilizado un café en 30 días, lo donan a hospitales o escuelas. Al igual puede surgir la inquietud de ¿por qué los costos tan alto? Simple y llanamente, es pagar lo justo por el trabajo de quienes siembran, cosechan, empaquetan y transportan los quintales de café.

Esto define a Devoción como una empresa y marca totalmente responsable y que va muy de acuerdo con los principios de tener un comercio y economía más justa en todos los niveles de la sociedad.

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