Guía Sibaris

Se elaboran botellas con historia, con motivos para resguardar y obvio, si tienes el suficiente gusto y pasión por estos destilados, debes de contar con un  capital importante, para que puedas degustarlo de manera exquisita y sin complicaciones. En este caso se puede decir que es la continuación de un legado, que, además sirve para ayudar y contribuir a causas que benefician a la sociedad, son las subastas de las añejas botellas de Glenfiddich, las cuales se hacen muy selectas porque son de un único y exclusivo barril de 1955 y que se separó de la demás producción para celebrar los años de la Nieta del fundador de esta casa destiladora.

Janet Sheed Roberts es por quien se dedicó esta cosecha, para que se pudieran festejar sus 110 años de vida, por lo cual se sacaron solo 15 botellas de este alambique. Contaron con la ayuda, experiencia y dedicación del maestro Brian Kinsman, y de esa cantidad, la familia de la homenajeada, se ha quedado con cuatro de ellas para seguir manteniendo viva la memoria de su pariente, esto de forma privada; las otras once, han ido saliendo en subastas para que se apoyen  causas de beneficencia.

La primera de ellas se vendió en la cantidad de 94 mil dólares, obtenida por un comprador de la ciudad de Atlanta, Georgia en los Estados Unidos; las otras se irán subastando en un evento especial de Los Ángeles. El precio se justifica en palabras de Míster Kinsman, el cual lo describe como: una delicadeza única, con aromas florales y afrutados muy intensos, con nada de dejos de sabores leñosos o del roble donde se mantuvo por un buen tiempo, remata diciendo que es absolutamente exquisito.

Esperemos contar con unos cuantos miles de dólares y poder pujar por la última de esta deliciosa cosecha, que estamos seguros que el solo contemplar el color característico de este whisky, dejara un grato sabor en todos nuestros sentidos.

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