Guía Sibaris

Esta historia empezó ya hace unos años, cuando en una subasta, se puso a disposición de quien pudiera pagar, una de las botellas más codiciadas para los coleccionistas y que son pudientes, ya que no solo es el adorno que va montado en su botella, también lo es por el líquido que guarda en ese extravagante y muy lujoso exterior. Estamos hablando de un licor que es por sí solo, es uno de los más caros, hablando comercialmente, por encima de la media de todos los destilados, el Cognac y ésta etiqueta, Henri IV Dudognon Heritage, presume el ser, el más caro de todo el orbe, solo la friolera de 2 millones de dólares, esa es la cifra que se le ocurrió pagar a un billonario árabe.

El justificante de la cifra está sustentada en todo lo que compone al Henri IV, botella de cristal hecha a mano, sumergida en oro líquido, para que tome su espectacular baño y adquiera una tonalidad única, porque esos 24 kilates son increíbles, luego paso por un proceso de platino, lo que eleva más su costo y delicadeza para su creación; rematando con “solo” 6, 500 diamantes en un costado, la tapa, una orilla y al centro de su etiqueta. Si vamos a revisar el licor que contiene, tampoco demerita lo que es el adorno total, al contrario, se complementan con un destilado de más de 100 años en barricas de roble, de 41 % en volumen de alcohol.

Lo que es interesante para los mexicanos, que el diseño es hecho por una empresa nacional, Ley .925 & Co. Cuyo dueño es un paisano de abolengo familiar, los Altamirano, la cual tiene sus raíces más fuertes en el doctor Fernando Altamirano, quien además de ser el médico de cabecera de Porfirio Díaz, fue el fundador del Instituto Médico Nacional y de la compañía mencionada líneas arriba. Ahora dicha empresa, se dedica a la elaboración de licoreras de alto valor, y lo logran en conjunto con el habilidoso, ingenioso y famoso joyero José Dávalos. Éste último es uno de los más reconocidos en su profesión, acreedor de muchos premios nacionales y extranjeros, entre los cuales figuran aquellos que fueron auspiciados por De Beers, la gigantesca productora de diamantes de corte fino.

El diseño de la botella es muy parecida al tequila que ya presentamos, solo varían las marcas y lógicamente las etiquetas que se asoman en el centro de la botella. Y teniendo ese molde se produjeron otras 100 piezas, con un “menor” valor, solo 13,706 dólares, y están compuestas con oro y plata, sin la misma cantidad de diamantes que las otras; ya que también hubo otras intermedias, la cuales tenían un valor de 205,604 dólares y una más, de 129,454 billetes verdes.

Toda una serie que vale la pena, si es que se tienen los pesos, porque al ser artículos hechos con piedras y metales preciosos, su valor nunca decaerá (por el momento) y significan una gran inversión.

Descubre a Ley .925, Degusta con sus años y Comparte las piedras que existen en la superficie.