Guía Sibaris

Una mujer que lleva sus, casi, dos décadas, y que aun con ese tiempo, no acostumbra a que la llamen chef, quizás porque no tiene esos estudios y blasones académicos que les gusta presumir a uno que otro. Para ella, el término correcto para dirigirse es el de cocinera, pero si la insistencia es mucha, pues no tiene problema con que la llamen chef; al final, los títulos se refuerzan con el buen quehacer, esfuerzo y amor que se le ponga a la actividad. Creemos que es más fácil decirle que es una empresaria restaurantera, ya que Cala, ese restaurante que está llamando fuertemente la atención, no es su primer hijo, ella nació, hablando gastronómicamente, en la Colonia Roma, en la Ciudad de México y de ahí, ha sido picar piedra.

Gabriela es una persona apasionada, una mujer inquieta, que no para y que tiene una gran confianza en las personas; sabe que de esto, depende en gran medida, lograr resultados que sean satisfactorios y conseguir éxitos. Porque hay que tener  la conciencia clara de que la joda es de todos y no sólo de quien funge como chef, ese personaje es la cara, a imagen, pero quien se muele y soporta las inclemencias de los humores, son los empleados que andan alrededor del mismo. Y como toda buena mexicana, es orgullosa de la comida nacional, es por eso que se atrevió a cruzar la frontera y dejar su refugio de Contramar, el restaurante que está la Roma, para, dicho en sus propias palabras: “vamos a enseñarles a los gringos, lo que es la alta gastronomía mexicana”, y es así como nace Cala.

Y por qué no hacer algo diferente, pero que no se enfoque directamente con la comida, era encontrar una variable que fuera hacia el lado humano, de darle un reconocimiento a los talentos de las personas, independientemente de lo que hayan hecho en su pasado, es como Cámara, decidió hacer una investigación en los oficinas y centros de reinserción y contratar a personas que hayan salido de alguna penitenciaria. Pero esto no es algo nuevo en ella, ya que ha basado su filosofía de trabajo, en dar un trato justo, cálido y humano a sus equipos de trabajo, por las razones antes mencionadas. Esto no sólo lo aplicado en esa materia, sabe que la comida es ese otro factor que liga las buenas relaciones y entendimiento entre la gente, puede ser un ingrediente de un buen o mal humor.

Para Gabriela Cámara esta profesión es muy demandante, pero es una de las mejores actividades que puede haber en este planeta y aunque en este momento, sea una de esas labores que están de moda, con todos los reflectores encima, seguimientos de medios de comunicación y ya se están volviendo un Tendry Topics obligado; lo que los ha elevado a categorías que no van acorde a lo que ellos desarrollan. Para su opinión, eso no es malo, pero no hay que perderse en las distracciones que las lámparas y cámaras ocasionan; hay que seguir labrando el camino y recoger los frutos que se han logrado, como los que ha estado cosechando Gabriela Cámara en un país que, en su parte blanca, ya ven y aprecian la comida mexicana de diferente manera.

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