Guía Sibaris

En México tenemos una industria vinícola que crece cada vez más, con más estados de la república sumándose a la generación de este líquido. También continúan esas zonas que ya se pueden considerar como iconos del vino mexicano, principalmente los valles de Guadalupe o Parras.

En todas esas bodegas se fabrica y comercializan vinos de extraordinaria altura, con un buen número de varietales que le dan profundidad a la oferta. Los enólogos llevan años dando identidad a la vinicultura, tanto en lo líquido como en las regiones de producción, que, además, se suman como atractivos turísticos para el país.

Y para aumentar este encanto por las vides mexicanas, daremos un paseo por elegantes y sugerentes vinos tintos emanados de nuestras nutridas y generosas tierras nacionales.

Rolu tinto. El nombre es importante para la definición de una marca, Rolu es compuesto por el apelativo del dueño y fundador de la bodega, Luis Rodríguez, quien ha hecho de este ensamble una de sus insignias. Nebbiolo, tempranillo y syrah son las uvas que componen a Rolu y nace en el Valle de San Vicente, Baja California, con una crianza de 18 meses. Este blend destaca por cu color rubí profundo, con aromas a zarzamora, jalea de frambuesa, ciruelas, pétalos de rosa, tabaco, vainilla, cuero, trufas y hierbas.

En boca se sienten hierbas secas mezcladas con vainilla y caramelo; teniendo un final redondo y persistente. Lo que lo hace excelente para carnes adobadas y guisos ligeros; postres de frutos rojos o mermeladas, así como el chocolate.

Gran Amado Blend. Proveniente de Viñas de Garza, este ensamble de tempranillo, merlot, cabernet Sauvignon y zinfandel es añejado por 30 meses en barricas nuevas. Lo que se puede notar de inmediato cuando se ve su tonalidad roja ciruela con matices anaranjados que hablan de una buena madurez. Se puede describir como limpio, nítido y brillante con gran densidad, generoso en la presencia de alcohol.

Sus notas son abiertas y expresivas, con complejidad que denotan aromas a frutos rojos como casis, grosella y arándonos. Sumado a esto, hay notas especiadas, toques de clavo y un final que muestra toques de roble y un ligero ahumado. Todo ese conjunto se hace posible en el Valle de Guadalupe. Para saborearlo, se recomiendan carnes con marmoleo, cordero, cabrito, mole o adobos.

Casa Madero 3V Gran Reserva. ¿Qué decir de Casa Madero? Esta es una bodega que lleva siglos haciendo increíbles vinos y este Gran Reserva es una prueba contundente de ello. Este blend se compone de Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Shiraz con una crianza que oscila entre los 18 a 24 meses en barricas de francés y americano. Su color es rojo carmín con matices de terracota. Con el olfato notamos que es complejo y elegante, lleno de fragancias a frutos maduros como higos y ciruelas, incluyendo dátil, rosas, nuez de la India, madera y bosque.

En el gusto percibimos potencia, suntuoso y carnoso; sus taninos son dulces, redondos y un robusto cuerpo. Sus embocaduras son de lavanda, vainilla, caramelo, rosas, claveles, roble, pimienta, canela, chocolate, arándanos, moras y ciruela. Esa mixtura lo hace tener una permanencia larga y placentera. Por lo tanto, se lleva muy bien con carnes rojas con buen marmoleo, cordero, cabrito y no descarten las carnes de caza tal como el venado o jabalí. Y si gustan de platillos más elaborados, no descarten los moles, adobos o barbacoa, pato confitado y quesos.

Gran Ricardo. Monte Xanic no puede quedar fuera de esta ecuación sugestiva. Por eso les recomendamos el Gran Ricardo que encierra 4 tipo de uvas dentro de sus paredes cristalinas: Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc y Petit Verdot. A ellas se les cría por 18 meses en barricas de roble francés. Con un rojo carmesí como tonalidad que desprende matices violáceos de alta densidad. Su buqué nos habla de cereza negra, grosella, moras, zarzamoras, frambuesas, clavo, pimienta negra, frutos secos, roble tostado, hojas de tabaco y cuero ahumado. Por lo que se transforma en complejo, elegante y evolutivo.

En boca es suave y seco, resaltando fruta viva, de acidez fresca y alcohol cálido. Esto se advierte en taninos maduros, pulidos y que se presentan recubriendo todo el paladar con cuerpo aterciopelado; con retrogusto a grosella, cereza negra, vainilla, pimienta, roble y almendras tostadas. Esas características lo maridan muy bien con cortes como el Porky Belly, Tomahawk, porterhouse, chuletas y rack de cordero. Las preparaciones de larga cocción también se equilibran con este vino.

Cuatro vinos tintos que son fáciles de conseguir en tiendas especializadas o supermercados y si los antes mencionados no son suficientes, les podemos sugerir los siguientes:

• Único Santo Tomás
• Casa Madero Gran Reserva Shiraz
• Mogor Badan
• Ícaro
• Adobe Guadalupe Rafael
• Gran Amado Nebbiolo

Con esa lista aumentamos las propuestas y diversidad en sabores que no fallarán cuando los abran, dejen respirar y degusten con gran apetito. Beban con moderación y compartan sus opiniones.

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