Guía Sibaris

Quizás no tenemos vinos de uvas, pero sí de diferentes frutas y una que se da mucho en este estado es la manzana, pero irónicamente, la que se usa para producir este aguardiente o vino, viene del norte del país, más concretamente Chihuahua. En Puebla hay muchos que se dedican a la elaboración de la sidra, todas ellas de gran calidad, pero es el Trasgú, que levanta la mano y demuestra que sus texturas lo han hecho merecedor de varios premios, dos de ellos nacionales y uno de las afueras de México, como se dice coloquialmente.

Es que la bebida que hacen los esforzados dueños de Nieto de Asturias es un licor que ha sido aceptado por muchas comunidades, a que nos referimos, es que no sólo los locales son consumidores de éste, también, una etnia, por así decirlo, le ha dado su visto bueno, tal como constatamos al ir uno de esos bellos y atractivos puntos de venta; la sidrería de la 6 Oriente, donde fue que conocimos y probamos el Trasgú. En tal establecimiento se halla una certificación kosher, otorgado por la población judía que hay en Puebla y se hace valido para todos los demás que están, tanto en el país y en el extranjero. De los mencionados premios, los que se dieron en México son reconocimientos federales, el último fue dado or la actual administración y está firmado por el Presidente Enrique Peña Nieto y se cuenta con una certificación de calidad, dada por una empresa extranjera, de esas que vienen a supervisar que no la estés regando gacho y puedas tener productos de primer nivel.

El Trasgú es un destilado hecho con base de jugo de manzana, y es de los pocos vinos de frutas que tiene un añejamiento, en éste caso es de 3 a 4 años lo que dura en este proceso; para su reposo se utilizan barricas de madera hechas con roble blanco, la madera utilizada es de origen americano. Los grados de alcohol son fuertes, de 40 a 60 y en su consistencia, es un licor que tiene una textura caliente, con fuertes notas a manzana. Y algo que lo eleva y lo saca de cualquier producto común, que se oferte en el mercado de vinos y licores, es que una de sus presentaciones lleva una manzana al interior de la botella. El introducir el fruto tiene un procedimiento en apariencia sencillo, ya que se atan los envases al árbol, teniendo cuidado de hacerlo, se buscan espacios suficientes y manzanas pequeñas, para que crezca dentro de la botella y ya que adquiere su punto de maduración ideal es como se corta y se rellena con el aguardiente antes preparado.

Como decíamos líneas arriba, Puebla no cuenta con una tradición vitivinícola, pero si en la producción de licores de frutas y también puede estar presente en esa fiesta de los vinos mexicanos de octubre.

Descubre a la de Adán, Degusta con el fruto y Comparte su líquido.