Guía Sibaris

Seguimos con la insistencia de relacionar el arte con la comida; es por puro gusto sibarita, ya que no solo se debe comer bien, dicho de manera nutritiva y de tener un gusto gourmet, para que disfrutemos cada gramo ingerido por la boca. Pero también sería bueno degustar por la vista, el tacto y demás sentidos y que mejor manera de tomar a las 9 musas (10 con la gastronomía) y estar dentro de la casa que las alberga, siendo los invitados de honor.

El Museo Rufino Tamayo es una de esas sedes, dedicada a uno de los mejores artistas de México y como es el mes de Oaxaca, tenemos que explorar esas instalaciones y ubicarnos en su restaurante, el cual es uno de esos comedores que van entrelazados con la ambientación de su matriz, y el pretexto es para que la comida mexicana sea apreciada en todo su esplendor. Esto no quiere decir que los precios sean exorbitantes, es todo lo contrario, se busca esa difusión universal (una es por sentido comercial); de que los visitantes y amantes del arte, coman bien, en pocas palabras.

Solo veamos parte de lo que se ofrece, Sopes de Plátano Tamayo (4) los cuales llevan frijoles refritos con chipotle, crema de rancho, queso Cotija, brotes orgánicos y salsa de café. El toque popular surge con la Sopa de Tortilla, que lleva crema, queso, aguacate y guindillas de chile guajillo. Hay Carnitas de Pato, el tradicional toque oaxaqueño, cilantro, cebolla, aguacate, chicharrón de pato y salsa de xoconostle. En las bebidas es agradable ver que el Grupo Pangea se haya en éstas instalaciones, ya que se pueden degustar una heladas cervezas Bocanegra, en sus versiones Pilsner y Dunkel, aparte de que se presume tener una carta de cocteles de autor, estos tienen de base a destilados.

El mezcal va como punta de lanza, y refuerza al Tamayo Rosa, que con la crema de coco y el arándano, simplemente se complementa el Espadín  blanco; el tequila es otro que no debe de falta y se integra a las Ideas del Pintor (dedicatoria como debe de ser) y se toma con kiwi y lichi. Para nuestro orgullo poblano, el Licor Ancho Reyes, piña y limón, le dan nombre a Reyes Piña.

Pero hay más especialidades, típicas y contemporáneas, son cerca de 90 opciones, entre platos y vasos, y entre éstos no pueden faltar las alternativas verdes y saludables, ya podemos probar el omelette de claras, compuesto con calabaza salteada, espárragos y salmón. Otra de las ventajas que te da el restaurante, es su magnífica vista, teniendo su terraza orientada al Bosque de Chapultepec, que se ha adecuado para ser una zona pet friedly, y así puedes llevar a los mejores amigos peludos del hombre.

El axioma de que la gastronomía es arte y viceversa, se repite constante y se refuerza con instalaciones que se dedican a salvaguardar lo mejor del intelecto mexicano, integrándolo a la cultura popular, ya que eso somos, cultura milenaria.

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