Guía Sibaris

La enología es una profesión que envuelve, atrapa y te engulle por completo; pero lo mejor de todo esto, es que, aquellos que se dedican dejar sus sesos en estos estudios de varietales, lo hacen por voluntad propia. No es de extrañar que se vean serios, taciturnos y desvelados, pero por dentro cargan una sonrisa paternal, porque eso son, padres de nuevos productos, pero que ellos los ven con mucho cariño, sobre todo, porque saben que lo que han hecho viene de la tierra, es orgánico, se ha gestado entre ingredientes naturales y poéticamente (o cursi) podemos decir que son la sangre o savia de un planeta que siente y nos otorga, teniendo como intermediarios a estos pacientes dadores, de líquidos que dan satisfacción o cura del cuerpo y alma.

Hugo D’Acosta es uno de esos estudiosos, algunos los llaman químicos de la uva, que llevan tiempo satisfaciendo los paladares de personas que han elegido al vino, no como un estilo de vida (se me hace pomposa la frase) sino como un gusto natural, que los hace relacionar ciertas etapas del día y les trae recuerdos al otro, de una buena velada. Un agrónomo que supo esperar un poco en su crecimiento, como ser humano y profesional, para adentrarse a lo que él llama, su gen de uva; ya cuando hallo el campo (casi literal) se puso manos a la obra y van apareciendo las etiquetas, los hijos pródigos de las vides.

Algo muy lindo de la personalidad de Hugo, es que es una persona entregada, pero que trata de relacionar sus ideales con sus caldos, ya se ven sus influencias en los papeles que le dan identidad a la botella y notas como el pensamiento de compartir, de ser un contestatario de un sistema le dan nombres a ciertos vinos, ya hubo un 2 de Octubre; y se adentra en la no propiedad, rompiendo el esquema rígido de tener un valor material y transformarlo en omnia sunt communia.

Con el paso de los años Hugo D’Acosta se ha ido calmando en una parte, dedicándose a ser empresario, pero sin olvidar que la tierra es una cooperativa, no deja de  ser una persona dedicada a sus vinos, pero no cae en la obligación de darle una explicación a todos sus sabores, prefiere que, todo lo que haga, sea de una manera cuasi caótica. Y aun con esos pasos, se ha cimentado su Casa de Piedra, y con esto nos demostró a todos, que la esquizofrenia tiene figura, forma y fondo.

Descubre al izquierdista de los vinos, Degusta con sus alquimias y Comparte la experiencia de la Piedra.