Guía Sibaris

Esta noticia sí que nos puede dejar con el ojo cuadrado y nos da muchas vertientes en que pensar. Según un estudio del Centro de Estudios de Políticas Públicas Chatham House, el consumo de carne es perjudicial para el ambiente y un factor determinante para aumentar el cambio climático; claro está, no es por comer, es por la crianza de todo el ganado vacuno, incluyendo el porcino, ovino y pollos. Con base a análisis del Panel Intergubernamental  Sobre el Cambio Climático, se determinó que tanto esta industria de la alimentación como los vehículos en movimiento, cada uno emite el 15% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero.

Es por eso que insto a todos los países participantes a la Convención Marco de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático a debatir sobre el tema de patrones de consumo de carne en el mundo. Y es que también se ha sumado la voz de la Universidad de Estocolmo, quienes  comentan que esta dieta no es compatible con la idea de mantener la temperatura del planeta debajo de los dos grados. A su vez el investigador del departamento de Energía y Medio Ambiente de Chatham House, Antony Froggat da la siguiente cita: “Si vamos a evitar el peligroso cambio climático, las emisiones globales de cada año deben disminuir rápidamente desde los niveles actuales de 49 giga toneladas de dióxido de carbono a 23 para el año 2050. Si nuestro consumo de carne continúa como hasta ahora y mantiene los niveles actuales de crecimiento, ese sector por sí mismo implicará 20 de las 23 gigas toneladas de dióxido de carbono que podremos emitir por año. Sólo quedarán 3 para el resto de las actividades de la economía global”.

Y es que toda la cadena de valor genera grandes cantidades de metano, óxido nitroso y dióxido de carbono, es decir todo lo involucrado en la producción de la carne tiene algo que ver en esas emisiones: desde la preparación de los terrenos para la cría, la preparación de cultivos que se siembran como alimento para los animales, así como la calefacción y refrigeración de la carne para su procesamiento. Es más, hasta los procesos digestivos de los animales entran en esta vorágine de contaminación, lógicamente que se incluye el estiércol y transporte de toda esa carne.

Otros datos significativos que se dan, y no es para desanimar pero, en apariencia, son contundentes: La producción de carne emite hasta 8 veces más gases que la de pollo y 7 veces más que la de frutas y legumbres. Dos tercios de la tierra para cultivo se utiliza para el ganado y queda un tercio para la siembra y consumo humano. Todo esto lleva a que se sugiera llevar otro tipo de dieta, pero sin caer en la obligación que todos sean vegetarianos, va más por una regulación más responsable y estricta con la producción de carne. Como ven, es un tema que puede ser debatible, pero con enfoques propositivos en pro de una mejora para la Tierra y obviamente, para la salud pública de los humanos.

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