Guía Sibaris

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Echar hielo o no a la copa de vino, he ahí la cuestión.

Categoría: Sibaris Wine Sibaris Wine Fecha: hace 4 años 13,903

Introducir cubitos en un vino caro es un hábito al que el poeta Homero ya hizo alusión en la Odisea, en el siglo VIII a.C. El sumiller Antonio Martín, de La Despensa & El Atelier de Etxanobe, en Bilbao, defiende cualquier forma de consumo que deleite al comensal. Si beber es un placer, ¿a qué vienen tantas normas? Hasta ahora, teníamos el beneplácito de los expertos para añadir hielo a un caldo de gama media o baja, pero pocos se atrevían a hacer lo propio con uno de calidad. Tom Harrow, director del club de vinos británico Honest Grapes, es otra de las voces a favor: "He sacrificado un grado de alcohol o algo de sabor extra para que el vino no estuviera caliente".

Estas son algunas cosas que no deberían hacerse.

Olvidarse de la temperatura idónea del vino. "Total, ya está el hielo", cuantas veces no hemos escuchado ésto, pero no debes de dejar pasar lo siguiente: recuerda que, hasta cierto punto, los cubitos lo pueden "aguadar". Estos son los grados más placenteros, según Martín: "15° para el tinto, que sube a 17° en invierno, y entre 5° y 8° para el blanco". En el mercado, hay vinotecas frigoríficas que pueden ajustarse a sus necesidades y los precios son variados, por lo que hay para todos los gustos y bolsillos.

Ahora si no tienes espacio en la cocina para un trasto más (ni presupuesto para cualquier enfríador de vinos), es posible seguir siendo un foodie y beber sangría o tinto de verano, con toda la confianza del mundo, "las dos grandes tendencias en consumo de vino de todos los veranos", esto con la anuencia y sugerencia del mencionado sumiller del estrella Michelin vasco.

Ahora bien, si tienen antojo de otro tipo de material, para verter tus bebidas, los expertos traen algunas recomendaciones y para esto, dos cocteleros de prestigio como Diego Cabrera (Salmón Gurú y Viva Madrid) o Carlos Moreno (Umo, Carbón Negro y Abrasa), ambos afincados en Madrid, tiran del recipiente de barro, moldeado por artesanos locales o cuidadosamente escogido en el Rastro de la capital, para algunas de sus creaciones más especiales. "Es un material que mantiene fría la bebida durante más tiempo", coinciden. Aporta un exquisito toque estético: "En la época de lo instagrameable, que entre por los ojos es lo más importante", aclara Cabrera. Y apela a más sentidos, como el tacto: la textura granulada de una arcilla sin recubrir sublimará la experiencia.

Hasta aquí dejamos estos sanos consejos, les instamos a que practiquen algunas de estas opciones y prueben, que es la mejor manera para palpar cualquier alimento o bebida.

El que sabe degustar no bebe demasiado vino, pero disfruta sus suaves secretos. Salvador Dalí.