Guía Sibaris

Un medio norteamericano ha hecho un análisis del impacto que da el obtener y otorgar una Denominación de Origen, a primera instancia parece que es una medida que busca regular y beneficiar a todos los productores, sea del tamaño que sea, esto lo decimos de forma económica. También podemos decir que se logra una protección del producto o artículo en cuestión contra posibles falsificaciones y competencia desleal que viene de otras naciones. Esto es lo que se consigue al instante y podemos decir que es lo que tenemos de primera mano; pero ahora, la publicación Examiner con su articulista Gabriela Guzmán han puesto voz a algo que ya se ha venido diciendo desde hace meses, pero como sabemos, cuando se tiene una repercusión internacional, es cuando más gente voltea a opinar y amplía la discusión y/o polémica.

El contenido de este artículo nos presenta otra versión, la de los productores y artesanos que se ven afectados por la Denominación, sí, toda medida tiene diferentes visiones; para los mencionados, y profundizando, es que en todo el país hay personas que se dedican a elaborar piezas o productos que tienen la misma calidad que los mentados denominados. En su tema, la reportera Guzmán entra en tres manufacturas muy mexicanas: la talavera poblana, el tequila y el mezcal; este último es el detonante para una investigación más exhaustiva.

Es con la Norma 199-SCFI-2015 Bebidas, con la cual se piensa regular la producción del mezcal, y es tomado como base para desarrollar las desventajas que han tenido algunos gremios, en especial la de la Talavera, la escritora recuerda que esta elaboración les ha negado la oportunidad de crecimiento, pese a que usan las mismas técnicas y cerámica para elaborar esa artesanía, en especial el estado de Guanajuato. Esto ha provocado que sus piezas se encarezcan y no tengan la autenticidad de las que se fabrican en solo 16 fábricas de Puebla y ya que hablamos de la entidad, en el mismo estado hay comunidades que se dedican a este tipo de obra y no se les quiere dar la Denominación y con el paso del tiempo se van marginando cada vez más.

El tequila y el mezcal es el mismo caso, si no se tienen fondos y recursos administrativos, así como infaltable corrupción, no se les otorga el holograma que los pueda certificar y dar prestigio artesanal y mucho menos lo pueden comercializar de manera digna. Las pequeñas comunidades de estados que no cuentan con esa Denominación, pero que llevan siglos haciendo destilado de agave, han sido o van a hacer rechazados de forma tajante. La reportera lapida y resume con el siguiente comentario esta situación: “Las personas que viven dentro de los estados no reconocidos, se verán más afectadas. La mayoría vive en las comunidades indígenas que desde hace siglos destila la bebida espirituosa. El proceso artesanal es básicamente el mismo en todos los estados que actualmente producen mezcal. Sin embargo, parece que para el Gobierno de México, las personas con dinero y recursos, son más importantes”, alerta la articulista.

Otros actores que también dan su explicación son Marco Ochoa fundador de la Mezcaloteca, quien da su opinión y aquí replicamos: “Esta norma está escrita bajo fines económicos y no hay ningún sustento académico detrás”, denunció a Efe Marco Ochoa, socio fundador de la Mezcaloteca, un establecimiento dedicado a la promoción y venta de este destilado ubicado en Oaxaca. Para Ochoa, la norma implicaría un “despojo cultural” al denominar “Komil”, un mote que “carece de sustento histórico”, a esta bebida y todas las que utilizan como materia prima el agave.

Hay más de fondo, como toda ley, tiene a sus beneficiarios y lógico a sus defensores, y en el otro bando están aquellos que se sienten afectados y protestan que no les den un foro donde pueden exponer sus puntos de vista y vean todos los enfoques, que pueden ser válidos, de acuerdo a sus intereses.

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