Guía Sibaris

En la península  yucateca hay una larga tradición por degustar chocolate, es una sana costumbre que no decae, a pesar de que los tiempos cambian y entran nuevas tendencias, así como nuevas empresas que se dedican a la venta de diferentes infusiones (principalmente el café); pero cuando hay calidad en la fabricación de esa semilla típica de nuestro México, y que está en la zona donde se dice que se domestico gastronómicamente al cacao, los habitantes de esa región siguen con el consumo de esa deliciosa bebida. En ese tenor, hay una fábrica que mantiene una producción bastante aceptable, pero con una inmejorable calidad que llena de orgullo a sus creadores, la familia Carrillo y estos siguen con una amplia distribución por todo el estado de Yucatán.

Para no andar con tantos rodeos podemos decir que los ingredientes que nutren las moléculas de las tabletas Imperial son cacao, canela, lecitina de soya y azúcar; elementos básicos para cualquier buen chocolate.  Su fundador el señor Joaquín Carrillo, no tiene mucho que partió de éste mundo, pero dejo en las capaces manos de sus hijos y viuda, el manejo adecuado de esta industria netamente yucateca, que proporciona (aparte de un delicioso producto), fuente de trabajo para muchos de sus paisanos que ahí laboran.

Chocolate Imperial es una empresa que tiene maquinaria moderna, pero no con esto quiere decir, que sea un proceso de obtención del chocolate, en una línea automática, todos los componentes de esta marca, también están sujetos a excelentes controles de calidad y en eso, es el factor humano el que impone sus puntos de vista. Y es que desde las bodegas donde se almacenan los granos del caco, donde empieza un arduo trabajo, seleccionando los mejores exponentes del mismo; después se tuesta en un gran horno, cosa que se hace a unos 150 grados centígrados, por espacio de unos 45 minutos. Pasando este proceso, el cacao caliente es llevado a una maquina conocida como la quebradora y ahí se quita la cascara de la semilla (mejor conocida como la granilla).

Luego es llevada a un molino de pernos, el cual produce el famoso licor de cacao y de ahí es transportado a otra sección donde se refina el resultado, con esto se logra una densidad que luego se nota al momento de consumirlo, ya que al batirlo se disuelva de manera correcta. Se añaden productos naturales como la lecitina, canela y azúcar y termina colocándose, la mezcla, en moldes, para que surjan las tabletas, tal como se le conoce comercialmente. Chocolate Imperial tiene dos presentaciones, el amargo y dulce, ambos productos son de garantía reconocida y pueden ser obtenidos a precios justos, tal como la familia Carrillo hace con sus proveedores de insumos.

Descubre una parte de la Península del Sur, Degusta con sus extremos en sabores y Comparte la espuma vespertina.